IMPORTANTE

El primer capítulo es "El Diagnóstico", léanlo en orden (junio 2011 en adelante), será más fluido y entretenido para Uds. Que lo disfruten!!
Espero sus comentarios en cada entrada a este blog y trataré siempre de contestarles, apenas los lea lo haré, así que estén atentos... Cualquier consulta o lo que quieran decirme también pueden enviarme un mail a: doblepolaridad@gmail.com, síganme en Twitter: @DoblePolaridad, envía una solicitud de amistad a "Doble Polaridad" en Facebook (http://facebook.com/doblepolaridad), pongan "me gusta" a mi página en facebook: DoblePolaridad o síganme en Instagram @doblepolaridad.

viernes, 26 de agosto de 2011

Siento que me estoy desvaneciendo...

Esta ha sido una semana de mierda... Hace casi una semana que no me levanto, tengo más pijamas sucios que ropa por lavar... Además tengo mi cara como adolescente (llena de granos por culpa de un medicamento), mi pelo gritando una ida a la peluquería, síndrome de abstinencia por la falta de "droga" que me sacó el nuevo Doc (al final no es esto es la sobrecarga de otro medicamento), y el trasero cuadrado...  Me carga mi vida, me siento estancada haciendo cosas que no son importantes solo para desviar mi atención y no pensar en que no me está gustando nada ella (mi vida). Creo que en 2 semanas retrocedí lo que en 3 meses había avanzado. Me siento "a fojas 0" (lo siento, parte de mi deformación profesional). Hace 2 semanas que no voy a clases, ya no tengo ganas de ir como antes pues no existe ánimo alguno para levantarme de la cama. ¿Saben qué descubrí? Que el cuerpo en cama también duele... éste se siente tan adolorido como lo sientes cuando haces ejercicios que no estás acostumbrado a hacer.  Siento que no tengo nada que hacer, este mundo definitivamente no es para mi, no le encuentro sentido... 

Paso frente al computador el día entero viviendo una vida artificial, que no es la verdadera, valga la redundancia. Me siento ajena a este mundo y eso no es normal. Me molesta todo lo que es real: la gente, las llamadas, las salidas (no sé si es mi forma de ir desapareciendo de a poco para que no me echen de menos si desaparezco...). Lo único tangible que quiero son mis gatos que me acompañan incondicionalmente... No saben lo agotadora que es mi vida pues aunque me vean haciendo nada, ésto no para, sigue y sigue y no da tregua (y lo peor es que sé que cuando visite el otro polo, lo leeré y no podré creer que haya escrito estas palabra, agotador, no?).

Bueno, solo puedo decirles que siento que pasan los días y no logro salir de mi laberinto (así le puso mi padre a mi refugio, al mundo paralelo en el que vivo y que no es el mismo suyo ni del resto). Estoy atrapada y mi futuro no lo estoy divisando, lo veo difuso... No siento que haya un incentivo que me mantenga pegada a este lugar. Por más que busco en mi cabeza, entorno y corazón, no hay nada que me haga luchar para salir de esto. 

Muchos se sorprenderán de mis palabras hoy. ¿La razón? Sienten que he estado bien pues con mi cambio terapeútico la cosa ya estaría solucionada. A pesar de haber tomado esa difícil decisión y la gente me diga "Tienes mejor cara" o "Te cambió la cara", la cosa no es tan linda como incluso la hago ver yo... Ésto no me gusta.... Sé que está en mi salir pero no lo logro, trato de hacerme el ánimo para levantarme y no puedo. No hago absolutamente nada para revertir esta situación. No saben lo difícil que es estar aquí, es una lucha diaria muy agotadora, convencerme que la vida vale a veces cuesta mucho.

Sí mis palabras suenan fatídicas y muy depresivas, no se asusten, no me estoy despidiendo ni nada por el estilo... no llamen a mis padres para alarmarlos pues deben entender que esto me ha pasado una y otra vez y mi "yo sano", hasta el momento, me ha logrado mantener vivita y coleando.

P.D. Si alguien se siente estafado, engañado o timado por comportarme como si todo estuviera bien, entiéndame y no me juzgue... "Perdone las molestias, estamos trabajando para Ud."

miércoles, 24 de agosto de 2011

Capítulo 11. Mi cisma terapéutico II (la caída...y renacimiento)

Amigos... Visité al nuevo loquero (Nuevo Doc. si lo lees es solo para hacer más amena la lectura, ja!). Me fue muy bien... todo dió un giro en 360º, una vez más (menos mal estoy acostumbrada a ello)... ¿¿Quien es?? ¿¿De dónde salió?? ¿Cómo llegué donde él? ¿Qué me dijo? ¿Cambió el diagnóstico? ¿Estoy realmente de patio? ¿Me puso la camisa de fuerza? ¿¿Tendrán que internarme un ratito para bajar la locura?? ¿¿Me gustó?? ¿¿Como es?? Basta! Tranquilos!!! De a una las preguntas, de a una...

Comencemos del principio... Mi nuevo terapeuta es uno bastante connotado, hoy es el Director del Depto. de Psiquiatría de una Universidad importante del país y del Hospital psiquiatrico de dicha universidad  (tiene otros títulos más pero es como mussshhho dar el curriculum completo, pero de lo que si estoy segura es que ha sido profesor de muchos psiquiatras jóvenes).  El por qué decidí ir a verlo no fue por mera casualidad, capricho o dato que alguien me dio. Mi relación con él comenzó hace muchos años, bueno, lo conocí hace muchos años, mejor dicho. Tal como les mencioné en alguna oportunidad, la primera carrera que intenté estudiar fue psicología. Durante el segundo año de ella cursé 2 semestres de psiquiatría. Ese ramo, lo dictó este nuevo personaje que entra a esta historia, Dr. Emmett (lo nombré así en honor al científico de "Volver al Futuro", no es que se parezca físicamente a él, pero es como su actitud de científico loco, busquilla, pillo, estudioso e inteligente, jajajajaj..).  En ese entonces me gustó mucho la forma como enseñó su ramo (de hecho creo que fue el ramo más sensato que tomé en la carrera). Fue en ese momento que me dije que si alguna vez llegase a necesitar un psiquiatra iría a verlo a él. Miren que precavida, como si hubiera sabido lo que tenía encubierto y lo que se me venía para el futuro. Desde aquella primera vez tuve el nombre de este doc. dando vueltas en mi cabeza. Tuvieron que pasar más de 15 años desde que lo conocí y 11 desde mi primera visita a un "profesional de la salud mental" para tener la convicción, el financiamiento y la oportunidad de llamarlo e ir a verlo.

El lunes lo fui a ver. Llegué muy puntual, estaba muy ansiosa, casi arrepentida de ponerle el gorro al otro doc. De entradita la secre, con cara de pocos amigos, me sentó frente a ella. Pidió mis datos, los digitó en el computador, emitió una boleta con destino a mi mail y realizó esa odiosa pega de la que se salvan los doctores, ¡¡COBRAR!! ¡¡Ésta no esperó que entrara y ya me estaba cobrando!! No creo que alguno se vaya sin  pagar a la salida!! Pero bueno, no importa, sigamos... A los pocos minutos sale el paciente que estaba con el Doc. y me hacen entrar a mi. Ya casi ni recordaba como era, pero su barba seguía igual. Me senté frente a él y la primera pregunta que me hace es quien me había dado su nombre para ir. Lo mire con cara de alumna y le dije "¡¡Yo fui alumna suya!!!" Se sonrió y me preguntó donde y le contesté dejándole claro que eso había ocurrido hacía como 15 años atrás... Fue así como se dio inicio a la conversación... "Bueno y tú que haces?? Ahhh verdad estudiaste psicología", lo interrumpo y le digo "No terminé, me cambié a derecho", de inmediato acota "Ah ya, entonces terminaste derecho." ¡Cueck! "No", me pregunta extrañado "y ¿por qué? ¿te casaste?" le contesto "Si, me casé pero me separé." Otro ¡Cueck! "Aaahhh" me dijo. "Y tienes hijos??" "Nooooooooo", otro último y gran ¡Cueeeeck!... "Además estoy cesante hace 4 meses!!!" Buuuuuaaaaaa, disfuncional TO-TAL, que desorden de vida!! Yo creo que con eso le quedó clarísimo por qué estaba ahí. Finalmente, este desastre empezó a cobrar sentido, le conté lo que había estado viviendo durante los últimos 4 meses y durante 10 años en relación a mi vida terapeutica. Anotó datos freak e hizo una sola pregunta constante durante mi relato. Obviamente que coincidió con que mi diagnóstico era trastorno bipolar, ni se lo cuestionó. ¡¡Noooooooooooooo!! ¿¿poooor quuuueé??!! Era mi última oportunidad para que alguien me dijera: ¡¡No, no eres bipolar!! ¡¡Ayyyy, del terrorrrrrsss!! Nada más que decir, es definitivo, no podré demandar a nadie por negligencia médica...! 

Sigamos. Si bien el diagnóstico era el correcto había un pequeño problema... me estaban sobremedicando (está bien, es verdad que es mejor que sobre a que falte pero no hay que olvidarse de los efectos colaterales de los medicamentos). Cuando le mostré el listado de remedios, no puedo describir la cara que puso, fue algo entre incredulidad frente a lo que veía y terror. Terminé de entender su cara cuando se agarró la cabeza con sus 2 manos. No lo podía creer, no entendía como con tanto remedio yo estaba tan bien instalada ahí frente a él. Solo les contaré una sola de las observaciones que me hizo al respecto: Estaba tomando 3 medicamentos para lo mismo, como análogamente lo explica mi hermano, como dice él, de acuerdo al sentido común: Es como si hubiese estado tomando: aspirina, paracetamol y dipirona todos para la gripe,  cuando para ello solo basta uno y el que sirva más a ese organismo para curar el resfrío. Aplicando esta misma lógica, si se quita 1 o 2 da lo mismo, todavía hay uno atacando la gripe. Me encantó la analogía, linda.

Finalmente, opté por seguir el tratamiento con Dr. Emmett. Él obviamente dijo que respetaba el trabajo de su colega, nunca se refirió mal a él. Para él esto del trastorno bipolar ni siquiera requiere terapia pues lo que hay es un problema químico que hace que hayan neurotransmisores desordenados pero que una vez ordenados el problema se resuelve. Para ello había que encontrar la dosis y medicamento adecuado. Conmigo partió sacándome 2 de toda la inmensa cantidad que estaba tomando (3 pastillas y media menos, uffff... alivio).

En 3 semanas más debo volver a verlo, no la semana siguiente ni subsiguiente como habría dicho mi anterior "curacocos". Ya no necesitaba ir tan seguido, ni terapia y menos terapia grupal. La cosa era más fácil de lo que me la habían pintado. De pronto dejé de sentirme enferma, hasta dudé en seguir con este blog pues no sabía que más escribir... Era raro pasar de estar monitoreada todo el tiempo a que nadie lo esté haciendo.

Sin embargo, la cosa no ha sido fácil. Hoy me siento un poco huérfana de terapía pues pasé de un sistema sobreprotector a uno totalmente autónomo... Tuve que decirle a Josephine que no seguiría con ellos y ella solo trabaja en conjunto con José Manuel mi ex psiquiatra. A él no le juzgo su modo de enfrentar la enfermedad desde el punto de vista médico. Esa era su forma de resguardar y proteger a sus pacientes y cumplir con los objetivos que se proponía respecto a ellos. Él no será mal profesional, es bueno quizás, él solo es joven, le falta la experiencia que solo la práctica y el tiempo dan... Por otro lado, Josephine me enseñó mucho y a ella la echo mucho de menos... (Por eso rapidamente llamé a mi querida Lucienne, mi psicóloga de siempre, para volver a verla)... El paso por ellos, créanme, no estuvo de más, ellos me aportaron muchísimo, me hicieron tomar consciencia de esta enfermedad, me dieron soporte e hicieron tomar consciencia a mi familia de lo que me pasaba. Gracias a ellos se me abrió un mundo distinto frente a mi... entender mi vida desde esta enfermedad, tal como lo he dicho una y otra vez, ha aliviado mi alma... aunque suene cliché, así ha sido... 

lunes, 22 de agosto de 2011

Capítulo 10. "Mi Cisma terapéutico"

Estoy pasando por algo así como una crisis, pero no tanto en relación a la enfermedad misma sino respecto a cuestiones externas... Hace unos días tuve que ir a terapia de grupo, un poco obligada por mi psicóloga. Yo lo encontré buena idea.  Solo faltaba el financiamiento y lo obtuve, obvio, Máximo una vez más lo terminó haciendo.  Mi primera sesión fue el martes pasado. Fui muy entusiasmada a ver de que se trataba. Pero no saben que paso... FUE HO RRO RO SO!!! Bastó la presentación de las antiguas con las nuevas integrantes del grupo (o sea yo), la lectura "hippona" (o sea, hippie) que nos hicieron leer, para sentir esa sensación incontrolable de llorar.  Traté de devolver mis lágrimas a mis ojos mil veces, pero no me obedecían... hasta que, contra mi voluntad, finalmente ¡¡¡ROMPÍ EN LLANTO!!! y sin ningún tipo de vergüenza... Definitivamente no lo pude controlar, fue espantoso, no pude dejar mi sinceridad de lado. El momento exacto en que me desbandé lloriqueando fue cuando preguntaron si alguna vez nos había pasado lo de la lectura la cual se relacionaba con la ira y la tristeza... Una de las presentes se ofreció a responder primero (después me di cuanta que era la parlanchina del grupo) y luego instantaneamente me ofrecí a ser la segunda... Con mi voz tiritona y tono ofuscado les dije que en ese momento estaba sintiendo ira y tristeza, la razón: Me daba mucha rabia que por tener "algo" (ahí no se nombran los trastornos) tenía que estar ahí lo que a su vez me produjo pena. Ahí yo ya lloraba cual Magdalena y les recalcaba que no me había gustado ni siquiera esa absurda y mamona lecutura. No podía parar de llorar (hasta le pegue el lloriqueo a la otra nueva, claro que ella lloraba porque estaba feliz pues para ella estar ahí era un regalo, mamona). Abrí el grifo ahí y no lo pude cerrar más.  Lo que siguió fue peor, cual niña de kinder, subnormal o subestimada (eso es lo que sentía) pidieron que sacaran la tarea de la semana pasada "A ver niñas quien hizo la tarea???" ¡¡Uacala!!! ¡¡¡Del terror!!!.  No, no quería estar ahí y tenía la convicción de que  no iba a estarlo.  Vino el recreo, llamé inmediatamente a mi psicóloga y seguía tan enojada que mi grifo seguía abierto. Sollozaba mientras indignadamente hablaba con ella. Lo menos que le dije fue que me había cargado y "Cómo me mandai a esta ....!!!". Me disuadió para quedarme la segunda hora y lo hice... Nada cambió, el profe (psiquiatra) parado frente al pizarrón explicando cosas a subnormales siguió, bueno junto con una psicóloga cuya papa en la boca para hablar no se la sacabas.

Al otro día en mi sesión individual con Josephine, dejé su terapia grupal buena para nada. De entradita le informé que no pensaba ir más bajo ninguna circunstancia. A ella no le quedó otra que acceder a mi no rotundo pero me advirtió que cualquier situación de vulnerabilidad emocional en la que yo cayera me obligaría a ir de una a dicha terapia pues ella no podía arriesgarse a hacerse cargo de mi sola... Se preguntarán a que se refiere con vulnerabilidad emocional. Bueno que yo vuelva a hacer lo mismo que en el primer capítulo señale y no conté pero que ha sido lo más terrible que he hecho en un estado depresivo y que me hizo volver... Ante eso yo solo respondí que lo haría pero yo también era libre de decidir si seguía con ella...

Ahora solo puedo decirles que el resultado de esta horrorosa experiencia terapeutica grupal ha sido: "Mi Cisma terapeutico"... Empecé a cuestionar hasta a mi psiquiatra. Sentí que yo estaba formando parte de sus intereses comerciales, pues me hace ir a verlo muy seguido y cada vez que se lo reprocho me embolina la perdiz señalándome lo "importantísimo" que es él en todo esto... ¡¡como si fuera tan barato ir a verlo!! Uffff, todo es tan confuso!!!! Querido pariente mio ¿¿¿por qué tuviste que transmitirme este gen???!! Ahora hay 2 elementos que no estoy aprobando: psiquiatra y terapia grupal, y junto con ellos, cae mi psicóloga... Ahora ¡¡Quiero cambiar mi equipo terapéutico completo!!! Y todo gatillado por una ¡¡¡odiosa terapia grupal!!!!

Si, si lo sé, soy bipolar y ello determina como actúo... Una vez más, no puedo ver los matices, no existen, las cosas son negras o blancas, completamente drástica ... Pero todavía no aprendo a dejar el impulso de lado, llego y actúo y eso es porque aún me es difícil manejar mis emociones.  Grrrrrrrrrrrrrr!!!! Todo mal!!! Ahora, gracias a mi impulsividad y la capacidad que tengo de salirme con la mía, logré que mi querido mecenas apoyara mi moción. Él evaluó la situación no tanto desde la terapia de grupo sino más bien desde la perspectiva de no estar conforme con el psiquiatra. Me dio el "vamos" y me puse a buscar un curacocos como dice mi amiga Lily.  Ella me dió un dato pero yo también recordé otro. El jueves ya tenía la hora pedida con este nuevo profesional de la salud mental...

Ahora viene lo más terrorífico, después de tomar esa drástica decisión, junto con la opinión de una gran amiga mía psicóloga, Josette, medité mejor las cosas (si este relato lo hubiese terminado hace un par de días la decisión de cambio de equipo habría sido intransigible)... Ella me hizo ver, desde su perspectiva profesional, que estaba todo bien: las idas seguidas al psiquiatra y lo que estaban enseñando la terapia de grupo. Me convenció (Uy, que fácil soy, cueck!!). Posterior a esto hablé con mi hermano, pero él insistió que fuera a este otro psiquiatra, que tiene bastante más camino recorrido y si lo googleo son varias páginas las que hablan de él.

Solo les termino diciendo que de verdad mi familia no sabe lo que tengo, de qué se trata... Ahora es cuando más mal lo paso durante el año. Fines de agosto hasta principios de octubre me matan. Es una cuestión de luz, cuya brillantez me ha producido caer en las peores depresiones. Estamos en esa fecha (más encima el Sr. Golborne firma un decreto para que un mes antes tengamos más luz solar durante el día, del terror!!! Mi protesta política) y ya estoy sintiendo los efectos. Todos estos días he andado angustiada a ratos, llorona y de mal humor. Estoy con "primaveritis" (síndrome depresivo que aparece a fines de agosto y termina a principios de octubre). Y mi familia no entiende que ando vulnerable y no soy capaz de tomar una decisión racional... y me hacen caso cuando planteo un supuesto problema en caliente, con mis emociones negativas al rojo vivo...

Bueno, veamos que pasa, hoy es el día DE...

Ya se viene la tercera y última parte de mi vida laboral, esta vez mientras viví en Sucupira...

martes, 16 de agosto de 2011

Capitulo 9. Segunda tarea y mi vida laboral... Qué miedo!!! Parte II

Esta semana me ha costado mucho ponerme a escribir... no sé si es por que se aproxima septiembre y con el mi "querida" primavera o qué... Creo que ya estoy empezando a sentir los estragos de esa luz, más brillante q en todo el resto del año... Les quedé debiendo la segunda parte de mi vida laboral, y como lo prometido es deuda, aquí va...

El último trabajo al que me referí en el capítulo anterior fue el que tuve en la Volvo... Antes de seguir con esta travesía, solo quiero hacer una aclaración, nunca dije que soy "pelolais", no tengo por donde serlo: no tengo el pelo rubio liso largo, no uso aritos de perla, no salí de un Colegio del Opus Dei ni de monjas y tampoco veraneo en Zapallar o Cachagua... Lo que hice en el relato de mis primeros trabajos fue autoexaltar mis "cualidades", recuerden que en oportunidades me creía lejos lo mejor que pisaba la faz de la tierra... eso es estar un poquito "eufórica"...

Ahora, sigamos. Luego del trabajo en la Volvo entré a estudiar derecho en una Universidad fuera de la capital. Aquí fue donde recuerdo haber vivido mi primer cuadro de hipomanía o manía que finalmente desembocó en una profunda depresión al 3º año. Durante esos 3 años no trabajé, me estrujé estudiando en esa odiosa universidad y carreteando con mis amigos de la zona. El 2001, último año que estudié ahí conocí a mi futuro ex marido. Cuando no pude tomar un cuaderno para estudiar, llorar el día entero y bajar de peso por no comer, volví a casa con mis padres y comencé a estrechar lazos con la psiquiatría. Mi carrera no iba a quedar trunca, por eso comencé todo el papeleo para cambiarme a la mejor facultad de derecho del país (supongo que ya saben cual es, jaja). Era comienzos del 2002 y solo me quedaba esperar la respuesta a mi solicitud de traslado. Para no quedarme sin hacer nada, mi hermano abogado, Máximo, me ofreció trabajar con él. Obviamente que yo iba a ser la de los mandados, pero no importaba, me ganaría unos pesitos y aprendería sobre mi carrera en la práctica.

Uffff... recuerdo esos primeros meses, mi hermano recién empezaba a crecer con su estudio jurídico... Yo recorría cada uno de los tribunales de justicia diariamente, anotaba cada novedad que veía en los expedientes (amigos abogados y los que lo serán, les cuento que fue aquí donde tuve el agrado de conocer al "Sr. Estado Diario"). Inventé un sistema para mantener ordenado el sistema de avance de las causas. Una vez a la semana me tocaba ir a la Corte de Apelaciones, todo lo fui organizando meticulosamente... Todo habría resultado mejor si mi déficit atencional no descubierto no me hubiese jugado tantas malas pasadas. Conocí el centro de Santiago (Si, es verdad, no bajaba mucho de la Palza Italia, pero ¡no soy ni me las doy de pelolais!), me encantaba meterme a las galerias de tiendas que había en el camino de la oficina a los tribunales de las cuales solía salir con algo, no resistía la tentación (todavía me cuesta mucho).  También sacaba bastante la vuelta para no llegar tan luego a la oficina. Mi escaso sueldo inicial lo hacía pedazos comprando en esas tienditas, sobretodo en ropa. En agosto de ese año aceptaron mi traslado a la Universidad que actualmente está esperando que dé mi examen de grado. Seguí trabajando igual, de alguna forma me las arreglaba para ir a clases, estudiar y trabajar.

Con el tiempo, el estudio jurídico fue creciendo al igual que yo fui subiendo en el "escalafón": de procuradora hasta llegar a directora de recursos humanos (me creía lo máximo, jajaj). Nos cambiamos a una hermosa oficina frente a los tribunales. Empezó a llegar más personal y con ellos amigos que hasta hoy conservo. Por ahí pasamos: Sebastián HP (el computín de la oficina, gordito gozador, hábil para los negocios, pillo, amistoso, bueno pa'l asado, el buen carrete y la buena vida), Vicente (abogado joven, casi un símil de alguien que trabaja en la bolsa, con un millón de proyectos enfocados a esta vida familiar tradicional: la entrega de anillo para la novia, la búsqueda de crédito hipotecario para la "modesta" vivienda, la elección de muebles para el nuevo hogaarrrsss, los preparativos de matrimonio, el matrimonio en si y la noticia de que sería papá por primera vez, en fin), la Tere (abogada, solo tengo una frase para ella: la eterna búsqueda de la felicidad -amiga, ya llegará, no te preocupes), Hugh (abogado, también gordito bonachón -no te enojes, si sé, has bajado 10 kilos- que le gusta hacer bien su pega y andar conociendo minas en cualquier parte, su ejemplo a seguir; el Big Boss: Máximo) y yo, todos en distintas épocas. Los primeros en juntarnos fuimos Sebastián HP, Vicente y yo (había más personal pero entre nosotros nos hicimos muy buenos amigos). Lo pasamos chancho los tres en esa época. Nos reíamos mucho (lo que hacía la jornada laboral más llevadera), almorzábamos juntos e incluso se nos unió mi amiga Dominga que trabajaba muy cerca de ahí y casi pasó a formar parte del staff de Tescar & Asoc. En algunas oportunidades nos juntabamos fuera de la pega y para los cumpleaños (los ridículos en algún momento de ociosidad nos pasamos a bautizar los "Upas Chalupas, somos pocos pero locos", jajaja, nombre super serio para 1 abogado, un proyecto de lo mismo, otro proyecto pero de ingeniero informático -hoy ya lo es- y una psicóloga laboral).

El año 2007 entró a trabajar mi amiga Tere pero no me topé con ella pues me reemplazó a mi cuando dejé un rato la pega en uno de mis intentos de estudio para el examen de grado.  Apareció luego Hugh Hefner, amigo mio de la U quien un día me preguntó si mi hermano le podía dar trabajo. Él se encontraba trabajando con un abogado muy conocido y no sé por qué quería cambiarse. Me envió su CV, mi hermano lo vio, lo entrevistó y quedó trabajando ahí. Cuando volví de mi "período de estudio" ya mi amiga Tere no trabajaba ahí y me encontré con Hugh. Nos reunimos Sebastán HP, Vicente, Hugh y yo, ahhhh y mi amiga Fernanda que seguía estoica junto a nosotros. A fin de cuentas, se nos había unido uno al grupo inicial. A Hugh casi lo terminamos odiando, jajajaj, (te seguimos queriendo no te preocupes). Era muy patero con el jefe y el preferido del boss.  Se quedaba trabajando hasta tarde, cuando nosotros estábamos acostumbrados a la "zapatilla de clavo". Al tiempo se fue diluyendo el grupo,  Vicente se vendió al sistema y se fue a trabajar a otro lado, mi amiga Dominga voló a una mejor pega y quedamos Sebastán HP, Hugh y yo, que poco duré pues pronto vino la pataleta que puso fin a mi relación laboral.

Al volver fui nombrada Directora de Recursos Humanos y uno de mis hobbies era mandar "Memos" polémicos, como aquél en que le solicitaba a los hombres que utilizaban el mismo baño que yo, dejaran la tapa del "water" abajo... hasta el día de hoy lo recuerda Hugh (yo creo que porque el del problema con el WC era él, ja!). Bueno, no faltó la que me acusó porque se sintió tocada por otros temas planteados en mis memos. Me creía lo máximo, tenía hasta tarjetas de presentación que señalaban mi nuevo cargo y firmaba mis mails como directora. Pero al final lo que yo hacía, aparte de labores jurídicas, era resolver todas esas cosas domésticas que el "Grand Chief" no se preocupaba (pega de minas, obvio), él solo daba la plata para resolverlo, ja!

Fue una linda época... Pero de pega yo??? Uuuuy, empecé como avión, pero fue una curva porque en algún minuto empecé a decaer... Llegué a hacer lo mismo que hace un abogado: escritos, escrituras, contratos, etc. pero siempre bajo la atenta mirada y supervisión del "Gran Jefe". Me retaba a cada rato, casí día por medio era llamada a su oficina y en  más de alguna oportunidad yo me descontrolaba de impotencia y gritaba, sin importarme el resto del personal y/o me ponía a llorar. Más de alguna vez, indignada me dirigía a mi escritorio ordenaba mis cositas del escritorio, las guardaba en una caja (casi con una plantita adentro, cual película gringa) y me iba ofuscada de la oficina, según yo, para no volver "nunca" más.... Al final siempre volvía, ya sea porque Máximo me llamaba o porque yo volvía con la cola entre las piernas, mordiéndome la lengua para no pelear porque necesitaba el trabajo. Esto sucedió desde un principio y lo que fue pasando con el curso del tiempo fue que cada vez fui menos indispensable... hasta que llegó el día en que por una de mis pataletas efectivamente me mandaron derechito para la casa sin vuelta.

Máximo era muy exigente conmigo, en materia práctica del derecho, soy hija del rigor. Me costó sudor y lágrimas trabajar con él. Desde chico ha sido un cerebrito y quizás inconscientemente el era mi modelo a seguir en términos profesionales pero me frustraba mucho ya que es imposible seguirle el ritmo. En todo caso, si bien recibía retos quizás me merecí más de alguno. Yo me aprovechaba de que "el jefe" era mi hermano mayor y sacaba la vuelta como quería. Los trabajos los terminaba haciendo a última hora (pero los sacaba y con buena argumentación jurídica cuando eran escritos de plazo), pero de pasadita por hacerlos a última hora y no quedaba tiempo para la revisión del master, me llevaba mi reto. Cometía errores tontos, todo por falta de concentración (menos mal ahora se que es parte de esto ser volada y dispersa). Por otro lado, debo confesar que pasaba horas calentando el asiento, metida en internet, ni siquiera estudiando... De verdad mi hermano me quiere mucho porque yo perdía muy fácil el foco y por ende el tiempo, no era mucho lo que hacía (aparte que Máximo no delega algo completamente) y los últimos años me pagaba bastante bien...

En cuanto a mi estado de ánimo, pasé por altos y bajos. Habían días que no era capaz de levantarme para ir a trabajar y sencillamente le mandaba un mail al "jefe" y no iba. Le proponía fórmulas para recuperar el día o sencillamente no me importaba que me descontaran el día no trabajado o que me despidieran, la pega no valía nada al lado de lo mal que me estaba sintiendo. No me levantaba en todo el día y me sentía muy floja, no sabía que era parte de esta enfermedad y menos mi entorno, para ellos yo era irresponsable. Otro claro ejemplo de esta odiosa emocionalidad surgía cuando Máximo me llamaba a su oficina para decirme algo serio. Me comenzaba a hablar e instantáneamente se me ponían los ojos brillantes, tenía que morderme los labios para no llorar. Yo no quería que eso pasara pero era como un reflejo condicionado (incluso hasta el día de hoy que dejó de ser mi jefe). Y se venían las palabras de rigor "No te pongas así, tienes los ojos brillantes, ¡que vas a hacer cuando hables con un juez!" Y pasaban 2 cosas o sin querer rodaban lágrimas por mis "mejillas" (me carga nombrar así a los cachetes de mi cara, ja!) o lograba revertir el papelón. Me daba mucha rabia conmigo misma por no poder contenerme, por no poder evitar que los ojos se me pusieran vidriosos...

Ese trabajo terminó a raíz de la última pataleta que tuve y que ya ni recuerdo. Máximo me dijo "¡Estás despedida!" y yo no hallé nada mejor que decirle "Pero me debes mi indemnización por años de servicio" (me falto decir "o si no te demando o te acuso a la Inspección del Trabajo", ja). Finalmente, sin chistar (solo en acordar el monto), me pagó mis años de servicio.  Debo decirles que fui muy cara dura, obligué a MI HERMANO, a pagarme algo que no tenía porque exigirle y me pagó. El psiquiatra me dice que de seguro en ese momento estaba un "poquito" eufórica.

Hoy mi hermano no piensa volver a darme pega, dice que nuestra relación es mejor como hermanos que laboral.  Pero da lo mismo, pues a pesar de mis "levantadas de ra...", el ha sido capaz de no sentir rencor hacia mi. Y lo peor ¿Saben? Hoy es él quien me paga todo el tratamiento: psiquiatra, medicamentos, exámenes, psicóloga, terapia grupal e incluso mis clases para preparar el grado. Esto equivale a poco más del sueldo que ganaba por medio día (monto significativo, al menos para mi). Todo esto... sin pedirme nada a cambio...

Trabajé ahí hasta mediados de marzo de 2009... de aquí se viene una experiencia subrrealista y bastante particular cuando me fui a vivir a Sucupira... todo en el siguiente capítulo...

Olvidé decir algo muy importante: Trabajar en Tescar & Asoc. guiados por "Don Máximo" ha sido la mejor escuela para aprender el derecho para todos los que hemos pasado por ahí....

domingo, 7 de agosto de 2011

¿¿Quieren leerme alegre??? Aquí va...!

Antes de continuar con la segunda parte del capítulo anterior, para que vean que no todo es tristeza en esta enfermedad, quiero contarles que esta semana ha sido muy buena, la he disfrutado y ese yo triste no ha aparecido. Es extraño explicarlo, pero tal como les comente una vez, somos como 2 personas diametralmente distintas, tanto así, que no logran reconocerse. Esta yo de acá es incapaz de sentirse tan mal como la otra. La muerte está absolutamente fuera de sus pensamientos. Pero ¿como se siente esta felicidad? La sientes como tu mejor estado, no quieres mas, el mundo es perfecto así. Recuperas la confianza en ti misma y lo puedes hacer todo paso a paso. Eso si, no crean que esta felicidad no me asusta pues ella jamás ha sido pareja, siempre cae al otro extremo tarde o temprano...

He buscado trabajo con entusiasmo e incluso fui a una entrevista gracias al dato que me dio mi amiga Lily. Estoy muy agradecida de ella, porque al parecer ya agarré una pega de 3 días. No, no piensen que trabajaré de promotora en un supermercado, sin desmerecer a aquellas que lo hacen, sino que lo haré para una empresa minera (a los que protestan contra ellas, lo siento, la necesidad tiene cara de hereje, además que pagan más lucas... no me juzguen, puedo servirles de espía, ja!). La Sra. que me entrevistó me amó, no me hizo ningún test psicólogico ni de inglés, este último porque es un requisito para el trabajo (Perdón Lily, yo sé que a ti si te los hicieron, pero no tengo la culpa que le cayera bien...). ¿Ven amigos que son bipo como yo que podemos? tenemos cualidades que otros no tienes y son esa las que tenemos que explotar para que las otras que nos aplastan ni se noten.

Esta semana también he compartido con amigos, he reído, he conocido gente, veo como los que me rodean me quieren, algo que no veo cuando estoy mal. Incluso hasta gente en internet que solo conoce una especie de personaje que no tiene una cara real me ayudan a que la vida sea más amena: Un gran abrazo a todos Uds. que me hacen reir muchísimo (amigo @Kazuela y Sr. @Gerente2012 mis primeros amigos twitteros les mando un abrazo y @Lilithroolz ha sido topísimo conocerte. El resto de mis amiguis de twitterlandia ya los nombraré a todos, no se me sientan). Gracias  también a la Tere y Hugh (de Hugh Hefner, el pidió llamarse así, y porque lo conozco como lo conozco le doy en el gusto y es mi amigo, yaaaa!) pues ese sábado después del bajón extremo de los días anteriores me hicieron reir demasiado. Y como iban a faltar mis amigas sucupéntricas: Camille, Amellie, Emilia y Rulo, con quienes nos reímos diariamente a través de Facebook y cuando salimos como anoche.

Solo puedo concluir que he estado más tranquila, he estado mucho más ocupada, estoy teniendo menos roces con mi madre, estoy volviendo a ser yo, alegre, sociable, proactiva (si lo sé, menos con el grado), en fin. Aquella que estaba pérdida volvió y espero que sea para quedarse...