Protesto, protesto, protesto, protesto y seguiré protestando porque, ¿¿por qué chucha se les ocurrió a los próceres de nuestra patria declarar el 18 de septiembre día de nuestra independencia?? No saben lo mal que lo paso en primavera, es horrible y me cuesta disfrutar como tooooodos los chilenos de estas fiestas. Como les explico que ese 18 de septiembre de 1810 tan solo se dió el punta pie inicial al proceso de independencia. Solo se creó la Primera Junta Nacional de Gobierno, para que recién, 8 años después, un 12 de febrero de 1818, Chile se transformara en un país libre e independiente gracias a Bernardo (O`Higgins que fue quien aprobó el Acta de Independencia). NO estoy queriendo dictar una cátedra de historia de Chile, pero es que Uds. no saben como mis neurotransmisores se desordenan en esta época y lo mal que lo paso... Pero bueno, ya nada se puede hacer, no puedo cambiar 201 años de costumbre e historia nacional porque resulta que a la niñita bipolar se le desordena la cabeza... jaja...
La verdad es que en nuestro país, lejos, la fiesta más celebrada, es la de nuestra independencia. No importa cuantos días feriados hayan; si son muy pocos, por ley se agrega otro; si son muchos nos tomamos (en todo sentido, porque no queda florero con agua en estas fechas) la semana entera de vacaciones. Naaaada, absolutamente nada hace que una festividad como ésta no se celebre como se hace acá. He estado en 4 países justo cuando celebran su independencia, pero en ninguno de ellos se celebra tan a concho como aquí. Esto está para estudio sociológico, siempre lo he creído así. Yo lo encuentro fantástico, porque el país anda feliz y radiante, gastando hasta el último peso para gozar zapateando en una fonda o ramada; juntándose con la familia y/o amigos alrededor de un güen asado, con anticuchos y longanizas (ojalá de Chillán). No puede faltar el nunca bien ponderado choripán, la empana'a y el vaso 'e chicha, vino tinto o ponche (y obvio de bajativo: su güena piscola, la "literna con cuatro pilas", jajajaja, muy chistoso cuando me enseñaron este dicho, jajajaj, para los que no saben: la linterna es la botella de pisco y las pilas las 4 latas de Coca Cola, es muy flaite ese dicho, jajajajaj). La idea es nunca parar de gozarrrrrr...
Desde pequeña recuerdo como con mis amigas planeábamos esta semanita de festividades. Con mi gran amiga Dominga a la cabeza, armábamos viajes a cualquier parte fuera de Santiago (me dieran o no permiso, esta etapa era del terror pues mi padre no me dejaba salir mucho y siempre terminaba echando alguna que otra mentirilla para salir del "claustro"). Mínimo nos íbamos 4 días de juerga. ¿Quienes de mi época no recuerdan las famosas fondas de Con Con? Fueron un clasicón en mi época de colegio. Luego nos cambiamos a algo más "hippie chic", nos ibamos una semana entera a Pichilemu, la famosa playa de los surfistas. Nos quedábamos en la casa de una amiga de la Domi (enorme y maravillosa, construida en un alcantilado) o en la pensión top del momento donde se hospedaban esos especímenes masculinos que eran de otro planeta para nosotras...todo nuestro style, minos totales. Alojábamos, justo ahí, no podía ser otro lugar, el lugar donde las papas quemaban... donde todo estaba pasando… Lo pasábamos increíble… Obviamente, como ya les comente, estos viajes no podían no tener su cuota de sufrimiento pues mi padre me ponía la pista difícil.... jamás me daba permiso para mis viajes y terminaba yendo a regañadientas o contra su voluntad… ¡Uy, que me hacía sufrir!!!… Después ¿¿porque uno andaba haciendo maldades?? Porque todo había que hacerlo a escondidas para que “papi” no se enojara con la princesita de la casa (o sea yo). El punto es que siempre había algún lugar donde escapar fuera de Santiago para celebrar... Amigos, carrete y alcohol, era el lema... A mi hígado le levanto un altar, ¡'uta que se ha mantenido firme!!, jajajaj... Pocas veces pasé estos días en la capital y cuando lo hice, lo encontré más fome que acuario de almejas... A la capital le hace falta ese no sé qué, ese aire campestre, de huasos de verdad, de cueca, cumbia (2º "baile nacional"casi, ja!), vino tinto en garrafa de aquellas de antaño (de vidrio y cáñamo) o en caña, en fin de "rama'a" de las de verdad y no las con olor a mall que tenemos acá...
Pero ¿¿que tiene que ver todo este festín de felicidad contra la cual protesto??? Mucho, pues tengo un problema, las depresiones más agudas se me producen en primavera. Es algo muy biológico, comienza a fines de agosto y termina a mediados de octubre, casi de forma instantánea. Desde que visitaba a mi primera Doc., la Tati (que después de todo su tratamiento no fue tan desacertado), desde que llegué como estropajo a su consulta un día de diciembre del año 2001, mi ciclo anímico general ha sido muy marcado: Fresca como una lechuga en marzo a pedir rebaja de medicamentos y un bulto a fines de agosto a rogar por una alza... Mi alergia anímica al comienzo de la primavera es evidente. Por eso le llamo "primaveritis". Hay teorías medico-científicas dando vueltas que explican por qué uno puede deprimirse en épocas tan lindas, floridas y coloridas como la primavera. De hecho se ha estudiado que hay un aumento de depresión y la tasa de suicidios en esta época es más alta... No se trata que uno sea resentida porque el mundo es feliz; que odie que todo florezca y esté de colores; que haya sol radiante y que el mundo esté feliz y uno no. Al parecer estos estados anímicos no aparecen por mero capricho... La Dra. Tati siempre me señaló que la explicación científica más certera se relaciona con la luz, con la brillantez de los rayos solares en esta época. Exactamente no se sabe bien que es pero esa era el argumento más acertado hasta el momento.
Hace una semana, iba en el auto rumbo a la consulta del Dr. Emmet. Además de escuchar música en la radio, me gustan los programas de opinión que dan ahí. Buscando algo interesante que escuchar sintonicé LA radio con el programa preciso: Tema: "Porque hay más suicidios en primavera". El especialista invitado para despejar las dudas sobre el tema era un psiquiatra especialista en trastornos del ánimo. De él escuché lejos la respuesta más clara y precisa a toda esta incertidumbre anímica que produce la primavera (su explicación se relaciona mucho con lo de la Tati). Señalaba este Dr. que lo que produce la luz primaveral es un efecto en la retina que causa que se desordenen los neurotransmisores (serotonina) del cerebro, desestabilizando de esta forma el ánimo. Señaló además que la primavera produce un impacto sobretodo en pacientes diagnosticados con trastorno bipolar.
Este año, me pase estas fiestas más bien encerrada, sin lloriquear por los rincones, un poco acelerada, volviendo al vicio del cigarro, tomando nuevamente dosis de Ravotril (mi pastillita de la felicidad ahora sin estabilizadores de ánimo en mi cuerpo) y disparatada para cualquier lado, eso si, siempre dentro de la casa. No me quejo, no han sido malos días, igual de alguna u otra forma me divierto, sé que esto es solo un añito de transición, del resto de mi vida (a menos que me caiga algún satélite, o cometa o alguna de estas cosas que están de moda en la cabeza)... Claro que viene a mi memoria mi primaveritis del año pasado y me doy pena a mi misma...
El año pasado me encontraba viviendo en Sucupira... Fueron del TERROR esos días... Deprimida TO-TAL... "Fue más o menos así...." (diría la canción Maldita Primavera de Yuri)... Un mes antes había decidido irme a vivir sola, pues vivía con mis tías en la casa del cerro donde vivía por el asunto del terremoto del 27 de febrero de 2010. La loquilla había tomado la decisión de compartir casa y gastos con el joven y pintoso dentista del pueblo: Manuel. Ambos andábamos en la búsqueda de lo mismo: una casa donde vivir. Imágínense el grito en el cielo que pusieron mis padres cuando les conté que me iría a vivir con un HOMBRE!!! La "abogada" del pueblo se amancebaría con el dentista del mismo!!! Qué horror, ¿¿¿que diría el pueblo, los amigos, las familias tradicionales que se conocían por décadas, los conocidos???!!! Casi los maté, pero a mi, maní, no estaba ni ahí con lo que dijeran... Yo quería pelear contra el sistema puebleril y el mundo pues yo sabía que solo compartiría casa y gastos con un amigo, que era eso y nada más (bueno si hubiera sido otra cosa para el caso daba lo mismo)... Igualmente para el "dolor" de mis padres les estaba dando que hablar a este pueblo chico infierno grande... la niñita de familia haciendo locuras, jajajaj... Manuel y yo teníamos las cosas claritas, el tenía su polola (novia) y él sabía de todas mis andanzas. Finalmente, siendo él 8 años menor que yo, se comportaba como mi hermano mayor y me cuidaba, se reía de mis locuritas y aventuras. Obviamente el rumor de un amorío entre el dentista y yo corrió por todo el pueblo, así como también un millón de rumores más que prefiero ni recordar.
Nos fuimos a vivir al barrio de los "profesionales"... en el centro de la copucha misma, ahí: a 2 cuadras de la Municipalidad, a una de la plaza, la Iglesia y el correo, frente al Liceo (colegio público único que hay ahí)... Exactamente donde todo pero absolutamente todo pasaba y los rumores corrían. Si ya era chico el pueblo para vivir cerca de los amigos, ahora estábamos aún más cerca para andar de fiesta en fiesta, de asado en asado, de tomatera en tomatera y de evento en evento.... En el barrio top vivíamos: Emilia, Chucky, Camille, Amelie, la Cata, el Cuco, Chasco, Kuhl, Ledu, Diana, Lucas. El resto el Trolo, Martín, la Rulo, Américo (muy parecido solo que en versión blanca) vivián más alejados. El centro social estaba armadísimo, viviendo además al lado de la famosisíma y nunca bien ponderada Casa Turquesa (símbolo de la reconstrucción por el terremoto del 27.02.2010). Con el tiempo se fueron acoplando más amigos, pero siempre los de planta nos mantuvimos unidos (los que llevabamos juntándonos desde antes de mi cambio de "barrio").
Se ve todo muy lindo y divertido ¿¿verdad??? Fue divertido, pero para ese 18 de septiembre, como muchos otros, fue horrible, anímicamente hablando. Como de costumbre me sumí en una profunda depresión de la que pocas personas se enteran (el año pasado le toco mi amiga Rulo, ella tuvo que soportar esta mochila, o sea a mi y mi trastorno). En esa fecha fue la primera vez que mis padres y 2 de mis hermanos visitaron Sucupira luego del terremoto (éste arrasó con la casa familiar). Uyyyy, llego a sentir la misma angustia de ese entonces relatando este período de mi estadía en Sucupira. Mi familia arrendó una linda cabaña. Yo tenía mi casita ya, pero mi compañero de hogar todavía no llegaba a vivir ahí, estaba sola... Para no mostrar que todo quizás había sido una mala idea, alojaba sola ahí. Pero debo reconocer que me sentía abrumadoramente SOLA. Sorprendidos con mi flacura extrema y mis "grandes" proyectos de trabajo creyeron que había tomado una buena decisión de seguir viviendo en Sucupira y obtener mis logros en forma independiente. La verdad, es que por dentro estaba destruida... Me sentí abandonada por mis amigos, que nadie quería estar conmigo, no tenía ánimo para nada.
En esa oportunidad les mostré mi orgullo, en realidad era el orgullo de ellos, lo que a ellos les hacía sentir orgullosos de mi, mi oficina de "Asesoría Jurídica", de 6 mts2, emplazada en el lugar más estratégico del pueblo: en una esquina frente a la plaza y a un costado de la Municipalidad. De esto les cuento en el capítulo de pega pendiente.
Ese fin de semana me comprometí con uno de mis primos, Martín, el menor de los hijos de mi tía Marie (la que se está quedando en mi casa porque la operaron de una pierna) a ayudarlo en el Restobar de la playa (Sucursal del otro restobar del que también son dueños: el Restobar "La Rotonda"). No se había abierto en todo el año por los estragos del terremoto así que era hora de hacerlo funcionar porque se estaba perdiendo plata con ese local cerrado. La verdad es que cuando la gente no sabe que algo está abierto no va a ese lugar, hay que crear el hábito de ir. Yo era la encargada de la caja y DJ. La verdad es que mucho éxito no tuvimos. Cerrábamos temprano y terminábamos carreteando en cualquier otro lado los miembros de este selecto grupo de emprendedores. En una de esas salidas me peleé con mi inseparable amiga Rulo (no nos hablamos como en una semana). Recuerdo que uno de esos días me encontré con mi amigui gringa, dueña del Resort que hay en los alrededores de Sucupira. Terminamos en el clásico Restobar "La Rotonda", tomándonos un vinito. Había mucha gente en ese lugar, amigos también, pero los sentía lejanos, como que no me querían, sentía que estorbaba, que ese ni ningún otro era mi lugar (obvio que todo era rollo de mi cabecita). Estaba pero no estaba ahí... es horrible recordar como me sentía en ese momento. Así fue como pasaron esos días festivos... angustiosamente terribles...
Hoy vengo llegando del Doc., estamos a 26 de septiembre de 2011, en primavera y ya estoy casi como avión, mi ánimo está muy bien y ahora solo queda mantenerlo... ¡¡¡lo logramos en primavera!!! ¡¡GRACIAS MI QUERIDO DR. EMMET!!! Hoy me siento feliz, casi dada de alta... (jajjaja... no nunca tanto, jajaja).
Este capítulo me costó mucho terminarlo por los cambios que he sufrido con a mis medicamentos. He pasado por varios estados de ánimo y me he dispersado. Hace 2 semanas que no publicaba, por fin lo hice y me siento tranquila y feliz porque todavía no dejo de lado mi proyecto... Gracias a Uds. que me leen escribo, o si no lo habría botado que rato... Por eso para mi sus comentarios son importantes, porque siento que Uds. son parte del combustible que necesito para seguir adelante. ¡¡GRACIAS A TOOOOODOSSS UDS. POR ACOMPAÑARME EN ESTO!!