IMPORTANTE

El primer capítulo es "El Diagnóstico", léanlo en orden (junio 2011 en adelante), será más fluido y entretenido para Uds. Que lo disfruten!!
Espero sus comentarios en cada entrada a este blog y trataré siempre de contestarles, apenas los lea lo haré, así que estén atentos... Cualquier consulta o lo que quieran decirme también pueden enviarme un mail a: doblepolaridad@gmail.com, síganme en Twitter: @DoblePolaridad, envía una solicitud de amistad a "Doble Polaridad" en Facebook (http://facebook.com/doblepolaridad), pongan "me gusta" a mi página en facebook: DoblePolaridad o síganme en Instagram @doblepolaridad.

martes, 27 de diciembre de 2011

Capítulo 19. El día que quise borrarme de la faz de la tierra... (desclasificando material de mi vida)

La verdad es que la entrada anterior ("Quiero dejar de sentir...") estuvo bien tétrica, lo asumo... Para que vean lo mal que uno puede llegar a sentirse cuando los químicos en tu cerebro te juegan una mala pasada. Ahí hay que tener mucho cuidado porque la razón no existe y puedes llegar a cometer actos de los que después te puedes arrepentir, si es que no es demasiado tarde... Yo le temo mucho a esos estados. He estado tantas veces ahí y debo confesarles que  una vez toqué fondo... fue el motivo que me hizo volver de Sucupira y hoy quiero compartirlo con Uds.. 

Cuando escribí el primer capítulo de este blog ("El diagnóstico"), les mencioné que había hecho algo que jamás había hecho en un estado depresivo. Estaba sola en mi casa sucupirense, absolutamente sola... la vida venía negra desde hacía ratito y un hecho puntual terminó por destruirme, como si ya en el suelo, sin posibilidad de defenderme, me hubiesen pegado la mejor de las patadas en mis costillas. Ese hecho puntual, me lo guardaré, me lo llevaré a la tumba si puedo pues si lo cuento muchos creerán que ese fue el motivo de mi mala decisión, pero no fue ese, fue un cúmulo de cosas desordenadas en mi cabeza. 

¡¡UD. NO LO HAGA!!
No sé por qué estoy contándoles este suceso, pero creo que es bueno que sepan la intensidad con que uno sufre cuando se padece de esta enfermedad... Lo que te pasa principalmente es que te nublas, no ves nada bueno y como no ves salida se te ocurren las cosas más inverosímiles que hacer contigo misma. A mi la que más se me repite es la de desaparecer de la faz de la tierra. ¿¿A través de que medio?? Las pastillas. Dirán que es peligroso que las maneje yo pues cualquier día cometo una estupidez, pero ahí está mi fortaleza... tener a la mano mi arma suicida y no utilizarla. Esa vez que toqué fondo llevé a cabo esa fantasía, me tomé una cantidad importante de pastillas. Quería que me hicieran efecto en el instante pero no lo lograba. Empecé con una, luego con otra y otra (una para dormir y 2 de la más alta dosis de ansiolítico que me permiten tomar en caso de necesitarlo... cuando me tome la primera dosis, "otra dosis igual no me hará mal..."). Luego al minuto siguiente me vi tomando otra, otra, otra, otra, otra y otra... llamando entre medio a alguien que me ayudara. Nadie me contestaba, eran la 1 de la madrugada y solo fue a la novena pastilla (octava del ansiolítico) que alguien me contestó... mi tía Marie. Las pastillas todavía no me hacían efecto, estaba lúcida completamente. Ella de inmediato llamó a su hijo Lucas, mi primo, para que fuera a mi llamado desesperado de ayuda, de SOS... fue mi salvación... Llegó a mi casa en su camioneta a buscarme y yo cual superwoman en vez de subirme a ella e irme con él al volante, me subí a mi auto y manejé hasta la casa de mi tía. Qué irresponsabilidad... No me pregunten como cresta llegué allá, si bien la distancia era corta, me había tomado una cantidad suficiente de ansiolíticos capaz de echar a dormir a un elefante al instante. De ahí en adelante la película la tengo cortada. Llamaron al Doc del pueblo, el Trolo, que resulta ser algo así como sobrino mío, y él dijo que no era necesario llevarme al hospital del pueblo más cercano, Chiriwest. Me llevaron al policlínico a tomarme la presión, la cual estaba muy baja. Me di varias vueltas por la casa, como si nada... Me embutían leche para aminorar los efectos de las pastillas y no intoxicarme... Pobre tía Marie por lo que la hice pasar... su sobrina regalona se había convertido en suicida!!! 

Estaba completamente desestabilizada, tanto así que las pastillas lo único que hicieron fue hacerme dormir durante casi un día completo, nada más. Cuando caí en cuenta de lo que había hecho me asusté. Ese querer borrarme me había llevado al borde de la muerte porque si mi tía Marie no me hubiese contestado, yo hubiese seguido tomándome una pastilla tras otra hasta morir o hasta que alguien hubiese recurrido en mi auxilio. Pero conscientemente no lo había hecho con el afán suicida, onda "ME QUIERO MORIR", lo había hecho porque no quería existir, quería no estar, desaparecer, actos que si bien son parecidos a morir, no tienen el carácter de eterno que tiene la muerte. El problema es que para lograr alguno de esos estados la única posibilidad que se tiene en mente es dejar de vivir. Dificil división, verdad??? Mi cabecita loca estaba pidiendo ayuda a gritos y lo hizo de una forma bastante destructiva.

Dirán que si uno quiere morir lo hace sola y sin avisar... así es, pero yo avisé porque todavía estaba aleteando un "yo sano" dentro mío. No lo hice por llamar la atención como muchos creen que sucede cuando alguien intenta algo así. Yo estaba muy enferma y por eso lo hice, independiente de que haya pedido ayuda o no. No veía salida a lo que estaba viviendo. Escapar me era imposible. Quería acallar mi cabeza, mis pensamientos, mis sentimientos, mis autoreproches, mi torbellino interno y esa era la única forma de hacerlo... Sí, borrándome por un buen rato, el problema es que ese buen rato pudo haber sido una eternidad tal como me lo dijeron mis médicos y terapeutas después. Afortunadamente, de ese hecho no se produjeron consecuencias. Me borré todo un día... el 30 de marzo del 2011 no existió en mi calendario... Creo que mi tía casi no durmió por estar atenta a si respiraba o si mi corazón latía. ¡¡Grande tía!! Por eso y muchas cosas más te adoro. Me salvaste la vida una vez más, tal como lo haces cada vez que recurro a ti para pedir ayuda por las cosas que pasa  en mi cabeza, más aún, cuando ciertas situaciones de la vida me afectan de manera sobrehumana...

Es muy difícil tomar consciencia de que lo que uno hizo no está bien, sobretodo, cuando no existieron secuelas y jamás te sentiste físicamente mal. La dosis que ingerí fue de 16mg de ese ansiolítico y el máximo que se me permite en una dosis extrema es de 2mg diario en ese entonces. Tuve mucho miedo de manejar el medicamento por mi misma por bastante tiempo. Mientras seguí en Sucupira luego del suceso, fue mi tía Marie la que me los administraba, ella me los daba cuando se los pedía. Dieciocho días pasaron luego de lo sucedido para que yo volviera a la capital a ver un médico. Me costó. Mientras hice cosas que rayaban en mi locura como vestirme de morado y hablar horas por celular con mi amigo brujito (las ansias por saber mi futuro me obsesionaban), el problema fue cuando cuando entré en razón y lo dejé botado sin motivo alguno. Hasta el día de hoy se cuestiona que fue lo que hizo para yo no querer saber nada más de él. Lamentablemente son reacciones que uno tiene cuando vive demasiado intensamente la vida por momentos. Todo lo que rodea ese estado de ánimo, luego, cuando estás más estabilizada, te choca. Lo asocias con una emoción muy fuerte que no es la más linda de evocar y dejas todo eso que te recuerda a ese momento de lado, sin importar si haces sufrir a alguien. Menos mal que varios se salvaron, como mi tía Marie, que al no ser ella parte de mis vivencias locas, solo era mi apoyo, no la logré relacionar con esas sensaciones fuertes que tengo grabadas en mi.

Hoy miro hacia atrás y sigo asustándome por lo que hice pero lo bueno es que ahora ya tengo conocimiento acerca de qué fue lo que me llevó a actuar así... Mi trastorno bipolar... Fue esta condición la que tenía desordenados mis neuroquímicos y me llevó a hacer locuras extremas. Fue esta enfermedad de mierda la que me cegó y me llevó a actuar para dejar de existir. Si bien cuando estoy mal, mi fantasía suicida sigue siendo tomarme un frasco de pastillas para borrarme (las otras alternativas las encuentro macabras y requieren mucho trabajo), ahora, son menos las veces que me siento así, los episodios son más cortos y mi "yo sano" de alguna forma reacciona más rápidamente y me hace entrar en razón antes para no cometer nada extremo. Sé que es la forma más fácil de escapar, pero cuando no tienes nada que te retenga en este mundo la ideación se potencia y se hace más fuerte... Por eso plasmé la última vez, en la entrada anterior, lo que estaba sintiendo en ese estado de negrura... quería que Uds. aprendieran a ver que lo que nos pasa no son meros caprichos, son estados intensos y rebeldes como dice el título de este blog. Cuando una persona con nuestra enfermedad o en un estado de depresión profunda da indicios de este tipo de sentimientos, créanles, de verdad lo están sintiendo y con una intensidad que ni se lo imaginan...

Anexo 19 febrero 2018
Hay una canción que cuando escribí esta entrada no existía... el otro día analizando su letra, hay una estrofa que grafica muy bien ese momento en que quise borrarme, la canción se llama "Tu falta de querer", es de la chilena Mon Laferte y trata de un amor que se termina... la estrofa dice así:
"Ahora dormiré
Muy profundamente para olvidar
Quisiera hasta la muerte para no pensar
Me borro pa´quitarme esta amargura"
Eso es exactamente lo que quise hacer cuando me tomé toda esa cantidad de clonazepam, sin perjuicio que en mi mente no estaba morirme.

viernes, 23 de diciembre de 2011

Quiero dejar de sentir...

Me siento como las pelotas... hace mucho que no tenía esta sensación tan fuerte... Hace mucho que no sentía la necesidad de tomarme la dosis más fuerte de Ravotril para dejar de sentir por un buen rato. Estoy esperando que me haga efecto, necesito que me haga efecto ¡ya! porque las ganas de tomarme otra dosis igual (la más alta que me permiten tomar en estas circunstancias) se me intensifican... Mi yo sano me dice que no es lo correcto y le hago caso... por eso me pongo a escribir.

Uds. no saben lo que es esto... esas ganas de borrarse, de dejar de existir se hacen potentes y siento que en este estado me voy a quedar y prefiero morir... No tengo nada que me haga aferrarme a este mundo, no hay nada, por eso solo quiero que este sufrimiento se acabe. Mi vida es un asco, tengo 34 años y no tengo nada, vivo como una adolescente que sabe lo que tiene que hacer en la vida para triunfar pero que lo ve muy lejano... No sé si tengo fuerzas para lograr lo que tengo que hacer para salir de este hoyo, no aguanto esto que vivo... esto no es vida es una mierda...

Estoy viendo todo negro, en estos momentos nada vale la pena en la vida por lo tanto mi desaparición es la mejor opción. No quiero estar en este mundo... No sé que me desestabilizó, aunque puede que si lo sepa pero no vale la pena sacarlo a la luz pues se que es mi cabeza la que está creando este caos en mi... Necesito otra dosis a la vena de ese ansiolítico... ¡¡quiero borrarme!! Este mundo puede seguir sin mi, no entrego lo suficiente como para que mi presencia sea importante aquí. Me quiero ir, lejos, pero no a un lugar físico específico, quiero irme a un mundo paralelo, no en esta tierra. Necesito sentir paz y mi cabeza no me está dando tregua, No tengo ganas ni de llorar, no tengo pena, solo me invade esa sensación de que lo único que quiero es cerrar los ojos y dejar de sentir.... y lo único que hace es desesperarme. Siento que hasta a mi familia les doy un alivio si no estoy, soy un cacho, un personaje que está estancado sin avanzar como el plan lo decía. Todo fracasó, falló lo que estaba destinado para mi. No sirvo para nada, no es necesario que esté aquí ¿¿Para qué me obligan a aferrarme algo que no tiene sentido?? No puedo avanzar, llevo años intentándolo y ¡¡¡no lo logro!! ¿¿Por qué creen que algún día lo lograré?? Ni yo me tengo fe... He intentado tanto pero mi voluntad está viciada, me pongo trampas y no cumplo con lo que tengo que hacer... Sé que eso que tengo que hacer me cambiará la vida pero el obstáculo lo veo cada vez más grande. No lo puedo pasar y me impide seguir mi camino o cualquier otro donde eso que tengo que hacer no es necesario. Hasta aquí quiero llegar. No tengo ni hijos como para sentir que me tengo que quedar. Nadie depende de mi. Estoy sola por eso ¿por qué estaría mal que dejara de existir?? ¿¿Por qué no me dan el pase para irme a otro mundo??? ¿¿No hay nadie que pueda entender este calvario que llevo por dentro??? Arrastro los pies para seguir viviendo... Vivo porque me obligan porque si fuera por mi hace rato habría acabado con todo esto...

No intento hacerme la víctima y me digan pobrecita, solo estoy planteando hechos de la causa. Todo lo que he escrito es un hecho y no estoy mintiendo ni victimizándome, es solo la verdad. Veo borrosa la vida, está todo con neblina, nebuloso.. y choco con una pared gigante que ¡¡no me deja ver más allá!!! No tengo escapatoria... es un laberinto sin salida...

Solo pido dejar de sentir para siempre... Denme la opción de poder elegir el no querer estar más aquí... Lo pido por favor, denme esa libertad... no quiero seguir aferrándome a un sinsentido... quiero solo morir... Vamos Ravotril, haz efecto, no aguanto más...

Finalmente me tuve que tomar otra dosis de Ravotril, es lo único que me hace dejar de tener esta sensación espantosa y olvidar que en algún momento quiero dejar de existir y entender que son solo sensaciones momentáneas...

martes, 20 de diciembre de 2011

Capítulo 18. Virginia ¿¿existe Santa Claus???... ¿¿Quien mató el espíritu navideño??


No sé por qué hoy me vino esta reflexión... Bueno, obviamente es porque mi espíritu navideño no existe, no sé donde lo dejé o lo perdí... simplemente ¡¡no está!! Por eso es que, como dice el título de esta entrada, me pregunto quien lo habrá matado porque ni agonizante está ya que no lo veo por ningún lado. Muchos solo nos responderemos que fue la sociedad actual la que lo pulverizó sin escrúpulos y nos dejó sin este noble sentimiento...

Faltan pocos días para la Navidad, día que años atrás esperábamos impacientemente que llegara. Hoy los días los percibo como cualquier otro, siguen igual, no hay olor a Navidad. Si bien todos recordamos cómo cuando éramos niños esperábamos este día con entusiasmo y  mucha ansiedad (contábamos los días para su llegada desde el momento en que nuestro calendario cambiaba al mes de diciembre) hoy me encuentro enredada en un "sinsentido" (espero que no sean los medicamentos los que me tengan así). Antes la TV nos inundaba de programas alusivos a la época, nos empapábamos del significado de estas fechas, ya fuera con un Santa Claus viviendo en el polo norte con la Sra. Claus, sus enanos y renos o un Jesús de cumpleaños con María, José y sus tres Reyes Magos en un establo de Belén. Ambos escenarios, cualquiera fuera la creencia, se veían lindos y con sentido. Pero hoy, ¿¿que tenemos?? Una TV plagada de comerciales incitándonos a comprar y un noticiero enseñándonos las mejores "picadas" para encontrar regalos más baratos... nada más...

Hoy miro hacia atrás y evoco mi infancia con Navidades expectantes por la llegada de algo que en su esencia era mágico... ya fuera en términos religiosos o de esa Navidad creada por "The Coca Cola Company", junto a ese Viejo Pascuero vestido con traje de Polo Norte y esperado en países como el nuestro donde el calor en esta época es insoportable. En esos años yo vivía en aquél país centroamericano llamado Litoral Pudiente que ya les conté en alguna entrada. En esos años yo era la más pequeña del grupo familiar, la encargada de mantener el espíritu navideño en el hogar (créanme que por eso la creencia en el Viejo Pascuero tuve que estirarla hasta los 13 añitos). Por años sentí la presión de no arruinarles la Navidad a mi familia, era la razón de los regalos, de armar un árbol navideño en familia, un pesebre y escribir una carta al ya mítico Santa Claus. Era la menor del clan familiar con una diferencia etárea bastante significativa respecto del hermano que venía antes (6 años). Toda una responsabilidad...

Con los años fui yo quien se puso al otro lado de la moneda... Era la que compraba regalos a sus seres queridos en demostración de amor y cariño, ya no era solo la que los recibía. Quizás en alguna época me creí la número 1 del listado de los más ricos del mundo de la revista Forbes pues compré en demasía y por sumas que solo el plástico (tarjetas de crédito) podía costear. En esa época me volvía loca comprando, lo pasaba increíble haciendo pedazos las tarjetas y haciendo feliz al mundo con mis regalos. Pero ese no era el sentido de la Navidad... el consumismo que veo en las calles hoy me molesta... Veo la gente cargada de paquetes endeudándose hasta donde no pueden... me estresan y creo que por eso ya no le veo sentido a esta época... Es tan poco mágica la cosa en estos tiempos... Somos como una máquina programada para estas fechas. La prendes y el mundo lo único que piensa es en comprar y comprar... ¿¿Para qué??? Si con un detallito puedes hacer feliz a cualquiera... Los regalos dejaron de hacerme sentido, eso sí, a menos que hayan niños cerca mío. Hoy las únicas que me inspiran este espíritu navideño son mis sobrinas que, si bien ya están grandes y saben que no hay ningún viejo pascuero viviendo en el polo norte, solo ellas me motivan a celebrar esta Navidad.

Hace unos años, mi hermano Matías, padre de mis sobrinas, desempolvó del baúl de los recuerdos una vieja historia de Navidad que siempre veíamos cuando pequeños por la televisión. Era la historia de una pequeña niña llamada Virginia, que quería saber si existía Santa Claus y que al preguntárselo a su padre éste la conminó a enviarle una carta al diario más importante de aquella época para que contestara su inquietud. Voy a compartir esta historia con Uds. porque marcó mi infancia. Hoy estas historias ya no las vemos en la TV y son otros los valores que vemos plasmados en los mensajes que la vida moderna nos está entregando. Si bien esta historia no nos muestra el espíritu navideño desde un punto de vista religioso (católica y sus derivados), si  nos puede transmitir un mensaje universal que va más allá de cualquier ideología. A continuación comparto esta linda historia...

"Sí, Virginia, existe Santa Claus"

"Uno de los editoriales más famosos fue escrito por Francis P. Church, director asistente del diario "The New York Sun". Fue publicado el 21 de diciembre de 1897, como respuesta a la carta de una pequeña niña. Desde entonces ha sido reproducido innumerables veces, llenando al mundo con las sencillas palabras que nos recuerdan la importancia de la inocencia, la fe y el amor.

En el otoño de 1897, Virginia Hanlon, una niña de ocho años de edad le preguntó a su padre si existía Santa Claus, sus amiguitos le habían dicho que no existía. Su padre le dijo, que le escribiera al director del diario The Sun, uno de los mejores diarios de Nueva York de su época.

Querido Editor:
Soy una niña de ocho años de edad. Algunos de mis amiguitos dicen que Santa Claus no existe. Papá me ha dicho: "Si lo ves publicado en "The Sun", entonces es cierto". Por favor, dígame la verdad, ¿existe Santa Claus?

VIRGINIA O'HANLON
115 WEST NINETY-FIFTH STREET

Virginia:
Tus amiguitos están equivocados. Ellos han sido afectados por el escepticismo de una era escéptica. No creen más que en lo que sus ojos ven. Ellos piensan que no existe nada que sus pequeñas mentes no entiendan. Todas las mentes, Virginia, sean de hombres o de niños, son pequeñas. En nuestro vasto universo el hombre es un mero insecto, una hormiga, cuyo intelecto no resiste la comparación con el mundo ilimitado que le rodea ni, mucho menos, con la inteligencia capaz de aprender la totalidad de la verdad y el conocimiento. 

Sí Virginia, Santa Claus existe. Su existencia es tan real como el amor, la generosidad y la devoción, y tú sabes que éstas abundan y dan a tu vida su máximo gozo y belleza. ¡Cuán sombrío sería el mundo si no existiera Santa Claus! Sería tan sombrío como si no hubiera Virginias. No existiría la fe infantil; no habría poesía, no habría romance para hacernos tolerable esta existencia. No tendríamos más gozo que el de los sentidos y la vista. La eterna luz con que la infancia ilumina al mundo se extinguiría. 

¡No creer en Santa Claus! De la misma forma podrías no creer en las hadas. Tú puedes convencer a tu papá para que contrate hombres que vigilen la chimenea en Navidad y pillarlo, pero aunque no lo vieran bajar, ¿qué probarían? Nadie ve a Santa Claus, pero eso no prueba que no haya Santa Claus. Las cosas más reales del mundo son las que ni los niños ni los hombres ven. ¿Has visto alguna vez a las hadas danzando en el césped? Por supuesto que no, pero eso no es prueba de que no estén allí. Nadie puede concebir o imaginar todas las maravillas aún no vistas e invisibles que existen en el mundo. 

Puedes romper la sonaja de un bebé para descubrir en su interior qué es lo que produce el sonido, pero hay un velo que cubre el mundo no visto que ni el hombre más fuerte, ni aún la fuerza unida de todos los hombres fuertes que hayan existido, puede romper. Sólo la fe, el amor, la fantasía, el romance y la poesía pueden apartar esa cortina y ver y mostrar la belleza sobrenatural y la gloria que están más allá. ¿Es todo ello real? Ah, Virginia, no hay en este mundo nada más real y permanente. 

¿Qué no existe Santa Claus! Gracias a Dios él vive, y vivirá por siempre. Mil años después de ahora, Virginia, es más, diez mil años después, él continuará alegrando con su espíritu el corazón de los niños."

Con este mensaje los quiero dejar hoy... Con esta historia que acompañó mi infancia y la de mi familia... Quizás con ella logre revivir ese espíritu que esta sociedad consumista e individualista ha matado en mi interior y en el de muchos otros... Veamos...

¡¡FELIZ NAVIDAD A TODOS!!


viernes, 16 de diciembre de 2011

Capítulo 17. Me han levantado el castigo y Dr. Emmet fue quien pagó la fianza...

Raro el título del capítulo de hoy, ¿¿verdad??  No entienden nada... ¿¿Quien me castigó?? ¿¿Cómo me pagó la fianza mi psiquiatra?? ¿¿De que se trataba el castigo?? Ni se imaginan de que les voy a hablar, jajajajajaja... Resulta que he vuelto a trabajar. Estoy de nuevo en las pistas laborales y nada más y nada menos que de vuelta a mis orígenes jurídicos... He vuelto al Estudio Jurídico de mi hermano Máximo: Tercas & Asoc. ¿¿Ahora entienden algo?? Mi hermano después de haberme negado varias veces la posibilidad de volver a trabajar con él, ¡¡ME RECONTRATÓ!!! Como dijo mi primo Farid cuando me vio de vuelta en la oficina: ¡¡¡Me levantaron el castigo!!! (nadie más feliz que él con mi vuelta, digo mi primo, me sentí tan feliz por eso)... Y cómo me dijo mi amigo Jack, el que pagó la fianza fue Dr. Emmet... ¿¿Cómo?? Explicándole a Máximo de que se trataba mi enfermedad en una sesión, el por qué de mis comportamientos eufóricos y depresivos mientras estuve trabajando con él y curándome la enfermedad para mantenerla a raya.

¿¿Recuerdan que anduve por un largo camino buscando trabajo?? Bueno, las primeras puertas se me abrieron con un trabajo temporal. No tenía nada que ver con lo mío, era de recepcionista bilingüe en una empresa multinacional. Pagaban muy bien aunque yo de recepcionista no tenía nada. Estuve poco más de 2 semanas trabajando ahí. Lo pasé increíble. Me encantaba levantarme temprano para ir a trabajar... hacía tanto tiempo que no lo hacía... Valoré el trabajo como nunca lo había hecho en mi vida. Volví a creer en mi y que podía hacerlo. Si bien no era mucho el trabajo intelectual de por medio fue una gran experiencia, hasta hice amigos... Hoy una de mis partners de juerga la conocí ahí, la Tonka, la ví y supe que teníamos muchas cosas en común, empezando por el gusto de querer pasarlo bien. Había mucha buena onda en esa empresa. No sé si era porque habían muchos extranjeros aportando con sus costumbres o qué, pero lo que se generó ahí mientras estuve la atesoro en mis recuerdos. Trabajando ahí renací. Salí de mi mundillo bipolar. Recuperé mi energía de querer hacer cosas ¡¡Incluso hasta las ganas de titularme!!! Si bien fue corto el tiempo que estuve allí, la experiencia me trajo puras cosas positivas. 

Una vez acabado el trabajo, la agencia que me puso ahí, tenía otro trabajo temporal esperando por mi. Esta vez sería por 3 meses, pero era el tiempo suficiente para ser recepcionista y después tirarme con lo mío. Estaba en la espera de una respuesta para ese trabajo cuando mi hermano Máximo, luego de acompañarlo a una reunión con un inglés, me propuso volver a trabajar con él. Yo me sorprendí mucho pues ya me había dicho tajantemente que no volvería a contratarme... decía que prefería la relación de hermanos que teníamos que relacionarse conmigo de nuevo desde la perspectiva de empleador a trabajador. Había tenido muy mala experiencia con ello. Sé que el cambió en su parecer fue producto de la sesión con Dr. Emmet donde él pudo aclarar porque yo me comportaba como lo hacía mientras trabajaba con él. Vio en esos días de trabajo temporal que yo andaba feliz y me daba lo mismo el trabajo que tuviera que hacer con tal de hacer algo. Notó mi entusiasmo y que yo ya había cambiado mucho... creo que además de mi estabilización logro ver algo más de madurez en mi. Obviamente deseché el otro trabajo temporal y acepté su propuesta (después de tanto apoyo no podía decirle que no tampoco). Hoy a un mes de volver a este trabajo, a mi casa laboral, la que me vió nacer como profesional, siento que nos hemos reconciliado con Máximo. Que todas esas asperezas que nos impedían trabajar juntos ahora ya están limadas, ya no nos separan. Hoy estamos remando para el mismo lado y siento que lo ve. Dice que en 2 semanas produje más que en 2 meses de nuestra relación laboral anterior. A mi me hace feliz que lo reconozca y lo diga. Él es de pocas palabras en cuanto a retroalimentación se trata, por eso sé que de verdad está contento con mi vuelta.

Hoy me siento orgullosa de haber vuelto a su "empresa" jurídica. A quien me pregunta lo digo sin arrugarme, sin sentirme que estoy aquí por un favor sino más bien porque me necesitan. Todos te dicen, es difícil trabajar con la familia, y así lo creía... pero ahora no creo que sea más difícil que desarrollarse en cualquier otro lugar. Volver aquí, reivindicada, me ha hecho muy bien. Me siento útil y que estoy haciendo las cosas como deben ser. Si bien me he dado cuenta que las leyes no son lo mío pues no me apasionan tanto, como por ejemplo me gusta escribir, de algo tengo que vivir y tonta para esto no nací, solo sin vocación. 

No saben cuanto agradezco esta oportunidad que me ha dado la vida y mi hermano. Pasaron 3 años desde que me fui de este lugar. Mi bagaje experiencial creció en ese tiempo. Hice cosas nuevas sola sin estar al alero de nadie (aunque lo haya hecho a medias). Nunca les conté, finalmente, que fue lo que hice en Sucupira. Precisamente de las rentas no viví, tuve que buscarme una forma de subsistir. Lo hice ofreciendo mis servicios profesionales a la Municipalidad de Sucupira, quien los tomó. Por otro lado, armé una oficinita, pequeña, pero ubicada en un lugar estratégico y pasé a ser algo así como "la abogada" del pueblo (aunque no lo era pues no tengo título). No había nadie más con mis conocimientos por eso pasé a tener ese estatus. Pero rematé mi estadía con algo que me encantó hacer: un programa radial, "Hablemos de derecho", en la radio comunitaria "Sucipirísima FM"... Todos los miércoles preparaba un tema jurídico, le bajaba el lenguaje a uno más sencillo y coloquial para que mis radioescuchas lograran entender las materias leguleyas. Creaba una pauta que seguíamos con mi co-animador, Luchito. Eramos una buena pareja radial creo yo. Más de un chascarro salió de esa dupla, lo que hacía más ameno el programa. Y, lo más entretenido era escuchar la propaganda de mi programa en la radio... "todos los miércoles a partir de las 10 de la mañana... con la asesora jurídica 'Doblepolaridad'". Era genial. Mis amigos me decían la Dra. Pollo (por el programa televisivo "Caso Cerrado" conducido por la Dra. Polo). Fue muy entretenida esa experiencia, debo admitirlo (Bueno, les encargo el estado en que llegué muchas veces a hacer el programa, muy carreteada y en más de una ocasión me excusé de no hacerlo el día previsto y cambiarlo para el siguiente por lo mismo). ¿¿¿Ven que igual hice cosas??? Bastantes ¿¿no creen? Si bien la mayoría las hice a medias por mis estados anímicos, dispersión y farra eterna, algo disfrute y aprendí de esta experiencia.

Como les dije, ya estoy estable laboralmente hablando. Trabajo medio día y cuando me necesitan más me quedo la otra mitad (obviamente que me pagan más por quedarme). No saben lo agradable que es saber que tienes algo que hacer todos los días. De hecho cuando llego temprano después del trabajo a la casa me lateo. Igual feliz me quedo trabajando día completo, aunque no lo crean. No sé hasta cuando tendré este régimen pues debo ponerme las pilas y empezar a estudiar para el grado. Tengo que salir de ese cacho aunque no quiera ejercer la profesión. Al menos, si lo hago por un tiempo, sé que puedo ganar buenas lucas donde sea que trabaje. Aunque suene fuerte, lamentablemente, mi título es mi seguro de vida. Teniéndolo se me abren las puertas de donde sea, yo lo sé. Pero no se preocupen, después de un lavado cerebral que me hizo mi psicóloga Lucienne, relacionado con postergar impulsos para obtener algo mejor en el futuro, ya tengo todo preparado para estudiar. Armé un lugar que me llama a hacerlo y organicé todo el material de estudio, ahora solo es cosa de sentarme diariamente a hacer lo que tengo que hacer, aunque sean un par de horas al día para empezar.

Por otro lado, estoy feliz de volver a este lugar de trabajo porque me he reencontrado con mis viejos amigos laborales (que los he seguido viendo igual fuera del trabajo): la Tere, Hugh y Sebastián HP (todo un team). si bien la tere y Hugh ya no trabajan en Tercas y Asoc., lo hacen en un lugar cercano a mi oficina. Almuerzo con ellos de vez en cuando como en los viejos tiempos y además se nos ha unido nuestra amiga Titi que también trabaja en la zona (La Tere, Hugh, la Titi y yo fuimos compañeros de U además). Esto ha sido muy entretenido, de nuevo en estas pistas y con ganas de estar aquí, no como antes que solo me quejaba de querer volar lejos del alero familiar.

Así es como me encuentro hoy en términos laborales. Después de casi 7 meses de cesantía absoluta, tengo un lugar de trabajo. Ya no tengo que escudarme en la enfermedad para explicar por qué estoy cesante. Volví en gloria y majestad a mi reducto, el que jamás pensé iba a echar de menos y que volvería...

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Necesito hacer una reivindicación...

Amigos... Como ya dije en el título, necesito hacer un reivindicación... Como habrán leído en la última entrada de mi blog ("De los errores se aprende... dicen...") fui bastante dura con una persona que me hizo sentir mal. La verdad es que tenía mucha rabia cuando escribí esa reflexión y fui un poco dura e injusta. Debo decir que ya conversé con esa persona y las cosas quedaron bastante claras. Lo que no significa que no continuaré con mi política de silencio frente a la enfermedad. 

Hago esta reivindicación porque no quiero quedar con la sensación de que hice sentir mal a una persona cuando ya era suficiente con haberme sentido mal yo. Por eso ahora, más tranquila, escribo esto. Sé que lo que hizo no fue con intención, eso creo, y solo fue que no supo manejar el concepto "bipolar" en forma atinada. Tal como le dije a él, no supo ver lo vulnerable que me pone este tema, pues de hecho él sabe que fue por eso que en un comienzo cuando se lo conté le di la oportunidad de huir, pero no lo hizo. No lo voy a juzgar más por lo que pasó pues se dio cuenta de su error, pidió disculpas y las acepté. Si bien hace mucho no me enojaba tanto con alguien como lo hice con él, admito que se me pudo haber pasado la mano (pero él se lo buscó, eso sí). Pero yo sabía que el enojo no me iba a durar mucho, así soy, por eso decidí plantear, más tranquila, mi punto de vista ayer y creo que llegamos a un entendimiento. Y lo mejor, que sin rencores y tan amigos como antes. 

Aprovecho este espacio, en todo caso, para dejar esto claro, para señalar que a pesar de haberme sentido burlada por lo que pasó, sé que no lo hizo con el firme propósito de hacerme sentir deliberadamente mal. Igual espero que haya aprendido la lección así como yo aprendí la mía pues no me gustaría volver a tener más malos entendidos por el mismo tema. He invertido mucho en mi "estar bien" como para que este tema se convierta en objeto de burla o liviandad al momento de tocarlo, quiero que se hable con respeto (incluso al momento de hacer bromas). Si bien la idea es tratar de reirse de las cosas malas, créanme que yo trato de hacerlo constantemente para no convertirme en una persona grave, es muy complicado cuando un otro lo hace pues solo uno sabe como se sufre con esto.

Por último, solo quiero que sepan que para mi ser bipolar no es un defecto tal como todos lo ven, yo lo veo más bien como una virtud... ¿¿Como así?? Sí, la verdad es que siento que ser bipolar es tener la virtud de poder vivir la vida de una manera distinta al común de la gente... nada más...


martes, 13 de diciembre de 2011

De los errores se aprende... dicen...

Hoy he vivido una experiencia que me entristeció mucho... Me pasa por querer ser auténtica, por no ocultar nada de mi, por querer decir siempre la verdad... Me dolió mucho la forma que tuve que aprenderlo... quizás hace rato me daban pistas para que me quedara callada pero no las capté... Hoy me llegó como un bofetón, pero esa es la mejor forma de aprender una lección y jamás olvidarla...  

Hace algunos meses atrás alguien me lo advirtió y yo no hice caso, creí que con mi forma de ser y encanto haría que contarlo pasara a segundo plano y solo fuera una característica más mía, sin importancia... Yo quería luchar contra la discriminación, que el ser bipolar no fuera un insulto o algo negativo... pero no fue así... Hoy me encontré con que sí te pueden hacer daño si saben que eres bipolar...

No quiero contar como fue exactamente que entendí que era mejor vivir en el anonimato esta enfermedad porque me siento tonta... Tonta por no haber captado que algo así podía pasar. Esa persona dirá que estoy o soy muy sensible con el tema, que no sé reirme de mi misma y que exagero, pero no tiene que ver con nada de eso, se trata de ver las cosas con altura de miras... Tú no puedes burlarte de un diabético por serlo, esa persona lo es y no lo puede cambiar. Lo mismo pasa conmigo pero al menos ser diabético no tiene ninguna connotación negativa más que ser una enfermedad. En cambio, ser bipolar sigue entendiéndose como una condición negativa, concepto contra el cual lucho pero que es muy difícil de derribar. 

No quiero parecer grave ni nada por el estilo, pero siento que solo me podrán entender estando en mis zapatos. Toda una vida he actuado guiada por mi enfermedad y ahora que lo sé, si bien a mi se me abrió un mundo, la gente frente a la cual te quieres presentar nunca lo entenderán... Uno lo hace por una razón muy inocente, lo haces para que ellos comprendan de antemano porque eres de determinada manera y actúas de determinada forma ... Pero no basta comprensión... parece que hay que vivirlo para entenderlo pues cada día me doy más cuenta que si no lo tienes no sabes que es ni como se vive. Tienes que vivir la vida de una forma distinta al resto, te tienes que cuidar para no volver a caer en esas horrorosas crisis. Pero más vale vivirlo solo, en el anonimato o sino sufrirás el doble... 

Prometo de ahora en adelante guardarme para mi esta enfermedad, salvo que el tiempo y las circunstancias se ganen el que lo comparta... Mi relato lo dejaré hasta aquí... estampado como una reflexión más que añadir a mi vida... Y uds. ¿¿que creen??? ¿¿Es justo esto??? Creo que no y, ni yo ni nadie, se merece sentirse como me sentí yo por ese defecto mío de querer siempre decir la verdad y no poder mentir...

jueves, 8 de diciembre de 2011

Hoy solo quiero a mi gato "Sam" (bueno y a la "Lupe" también)

Hace media hora llegue del carrete y ¿¿saben qué?? He llegado a la conclusión que no debí salir... por hoy solo quiero a mis gatos: Sam que me acompaña junto a mi almohada y la Lupe que vive su propia vida gatuna... No sé que me pasó porque lo pasé muy bien, o sea, siempre sentí que así fue hasta que llegó la hora de venirse. Cuando dije "ya vamos" sé que desde hace un rato ya no me estaba sintiendo bien. Y cuando venía rajada por la autopista solo pensaba "no debí haber salido hoy". La razón, la forma en que me estoy sintiendo a esta hora... Odio todo, nada es agradable y no quiero a nadie hoy... Todos pasaron a engrosar mi lista de gente que no quiero ver, de esos que cuando me baja la estupidez bipolar no quiero ver más porque me generan esa odiosa sensación de angustia. Por eso hoy simplemente exclamaré "¡Solo quiero a mi gato Sam y, está bien, a la Lupe también!" 

No saben cuanto odio sentir esto, porque daño a mi entorno, a ese que está esperando diariamente un "Hola que tal?" Los daño pues de la nada dejo de hablarles, de interactuar con ellos, de sentir que los quiero... los boto sin explicación alguna y hoy siento que le haré sentir mal a quienes no tienen la culpa de este torbellino de emociones que me pesa en estos momentos. Quizás he tenido una semana pesada de trabajo y estoy cansada... no he parado. Me ha tocado salir a las 8 de la mañana de mi casa y volver después de las 9, ya sea porque hice horas de más en la pega o me fui a tomar un café con mi nuevo amigo Jack (que será quien sufrirá las consecuencias de mi maña más tarde cuando despierte y no quiera hablarle)... Algo ha hecho click en mi cabecita y creo que estoy mental y físicamente agotada... Dirán "por qué esta tonta no duerme, son las 6:20 de la mañana y dice que está cansada!!"... porque aunque esté cansada tengo que tomar unas odiosas pastillas para que logren cerrar mis ojos porque mi cerebro está hiperventilado. Ahora recién me las tomaré. No lo hice antes porque quería plasmar esta sensación en mi blog y compartirla con Uds. Pero ahora lo haré, empinaré mi vaso de agua con mis 4 pastillas y me las tragaré... para empezar a caer en transe y dejar a mis neuronas descansar. No sé por qué siento que estoy escribiendo en verso o en un tono cantadito pero es como está funcionando la madre de todos mis males (mi cabeza). Más tarde será un nuevo día y ahí veremos si aún hasta a mi Sam y mi Lupe sigo queriendo.

Ya me tragué mis pastillas pero agregué una más... "algo para la angustia, por favor". Sí, un pedazo de Ravotril pues quiero borrar esta desagradable sensación de forma rápida... no quiero cometer más errores pero debo confesar que estoy cansada de todo esto... esta intensidad me mata... un día bien, un día mal, otro día peor y otro día sobre el mundo. Me quiero sentar en mi enfermedad y decirle "Desaparece, me importas una raja" pero no, ahí están mis químicos recordándome que nada me importa una raja, que todo me importa mucho y tengo que seguir viviendo aunque sienta que nada vale la pena. Todo esto mientras espero que los "fucking" meds me hagan efecto. Miro por un espacio de mi cortina que está abierta y veo que ya está de día... me angustia no saber si alcanzaré a reponerme y empezar a funcionar para todo lo que queda de esta semana. Hoy es feriado y solo tengo hoy para pararme de nuevo pues se viene un fin de semana movido con compromisos ineludibles. Más rato cuando despierte seguiré... les contaré si reviví de esta agonía o me estoy hundiendo en el fango... Ahora intentaré descansar para que Morfeo me lleve en sus brazos pronto. Hasta más rato.

Me desperté a las 4:30 de la tarde porque mi madre fue a ver si seguía viva y si pensaba despertar o seguir hasta mañana durmiendo. Lo habría hecho pero recordé que tenía que tomar mis pastillas del día y ya era muy tarde. Tomé lo que me quedaba del vaso de agua de la madrugada, busqué mis meds y me los tragué nuevamente. Ya mi amigo Jack había preguntado por mi y se había cuestionado si había arrancado... ¿¿Ven que siempre hay alguien a quien le toca sufrir mis episodios??? Pero no arranqué... no me siento tan terriblemente mal como creí que me sentiría al quedarme dormida esta mañana. Ya mis remedios hicieron efecto y esa odiosa sensación que tenía está desapareciendo... me siento mejor. Ya la vida no la veo tan terrible y además de querer a mi gato Sam y también a la Lupe... volví a quererlos a todos.