Han pasado 4 semanas desde la última vez que escribí y solo puedo decirles que estoy destruida... Después que volví del sur el viernes 13 de junio, me junté a conversar con Clemente el sábado. Me pasó a buscar fuimos a comer a su club de Golf, comimos rico y conversamos. Él me trató de explicar su punto de vista de que no quería hijos y yo lo único que hacía era pedirle que volviéramos, lo iba a hacer a cualquier precio quizás renunciando entre comillas a mi deseo de ser madre. Volvimos pero con la condición de que él me había dejado claro su punto de vista y yo para sentirme mejor le agregué que él tenía su posición pero yo podría eventualmente convencerlo de lo contrario. Tuvimos una gran reconciliación...
Yo los fines de semana a partir de los jueves hasta el domingo inclusive solía irme a dormir a su casa. Ese sábado amanecí en su casa y el domingo tuve que partir a mi casa pues era el día del padre y yo tenía que celebrar al mío y sus hijos se lo celebrarían a él, esa noche, como era usual los domingos, no me quedé en su casa a dormir. La semana se me hizo eterna hasta que llegara el jueves y que él me pasara a buscar para irnos a su casa. Esa semana mi cabeza se cuestionaba una y mil veces si estaba bien lo que estaba haciendo... mis deseos de ser madre eran mayores... Ese fin de semana estuvo bien solo que a diferencia de lo que hacía hasta hace un tiempo atrás él ya no me estaba incluyendo en sus planes futuros (como lo había hecho en enero que me había dicho que me fuera a vivir con él), claro, porque seguro él tenía la idea que esto era momentáneo, hasta que a mi me volvieran las ganas de ser madre y lo volviera a dejar. Esa fue la lectura que logré darle a todo ello. El domingo en la noche entablé una conversación con él y le pregunté por qué él ya no hacía planes a futuro conmigo, y chan! salió el tema de los hijos de nuevo. Dijo que no me veía feliz por el hecho de no ser madre y el lo notaba en los comerciales de bebé que daban en la TV, en las fotos de mis amigas con hijos, en como miro yo la dinámica que él tiene con sus 3 hijos, etc. Me dijo que él me observaba y veía cuanto anhelaba eso y él no estaba dispuesto hacer el obstáculo a mis sueños. Sin terminar la conversación me dormí pero al otro día desperté con una angustia inmensa, presentía lo que se venía... Está vez terminó él y yo no tenía nada que rebatirle a sus argumentos porque tenían razón... Sollocé mientras me daba su discurso de despedida que terminó con su frase final de que "siempre podrás contar conmigo"... Lloré todo el camino a mi casa, que no es mucho, pues somos casi vecinos. Me dejó afuera de ella y me dio un abrazo diciéndome que siempre estaría para mi para lo que lo necesitara... Entré destruida a mi casa, lloré toda la mañana, tratando, además, de cranear como recomponía mi vida tras el quiebre...
Ya ha pasado una semana de ello y aunque sobreviví este fin de semana sin él, he tenido el corazón apretado, como si doliera... las lágrimas se me caen solas a pesar que he tratado de mantenerme ocupada. Mi cabeza no para de darse vueltas por un lado pensando que quiero volver con él y por otro si podré ser madre, porque a lo mejor no puedo y estoy dejando ir al amor de mi vida... Hasta que decidí llamarlo, quise jugarme la última carta, lo único que quería era volver con él, pero sabía que la única forma de hacerlo era renunciando a mi anhelo de ser madre. Nos juntamos el viernes, pero todo fue un fracaso pues no me creyó... Le dije que él era parte de mi felicidad que quería volver con él al costo que fuera. Pero como les dije no me creyó nada. Dijo que era muy pronto como para que yo tomara una decisión, que me faltaba tiempo para pensar si realmente lo que quería era estar con él sin tener hijos pues él no estaba dispuesto a fracasar otra vez si a mi se me ocurría nuevamente terminar por querer tenerlos. Me dijo que yo tenía 15 años menos, quince años más que él para desperdiciar pues a él ya no le quedaban años para ello, ya no tenía tiempo para perder... Y entendí que no podía volver con él para que en un par de años más, con el dinero en mis manos, hacerme una fertilización y dejarlo, una vez más... Hoy quedamos en que nos estamos dando un tiempo para que yo piense mi decisión, no sé cuanto tiempo durará. Solo sé que llegué destruida, llorando como una Magdalena, una vez más, a mi casa... Y sentí unas ganas irracionales de tomarme un frasco de pastillas para dejar de sentir (partí tomándome 2 pastillas pero me frené), me sentía muy mal, reconozco que me asusté porque ello no me ocurría desde hacía mucho tiempo...
Yo los fines de semana a partir de los jueves hasta el domingo inclusive solía irme a dormir a su casa. Ese sábado amanecí en su casa y el domingo tuve que partir a mi casa pues era el día del padre y yo tenía que celebrar al mío y sus hijos se lo celebrarían a él, esa noche, como era usual los domingos, no me quedé en su casa a dormir. La semana se me hizo eterna hasta que llegara el jueves y que él me pasara a buscar para irnos a su casa. Esa semana mi cabeza se cuestionaba una y mil veces si estaba bien lo que estaba haciendo... mis deseos de ser madre eran mayores... Ese fin de semana estuvo bien solo que a diferencia de lo que hacía hasta hace un tiempo atrás él ya no me estaba incluyendo en sus planes futuros (como lo había hecho en enero que me había dicho que me fuera a vivir con él), claro, porque seguro él tenía la idea que esto era momentáneo, hasta que a mi me volvieran las ganas de ser madre y lo volviera a dejar. Esa fue la lectura que logré darle a todo ello. El domingo en la noche entablé una conversación con él y le pregunté por qué él ya no hacía planes a futuro conmigo, y chan! salió el tema de los hijos de nuevo. Dijo que no me veía feliz por el hecho de no ser madre y el lo notaba en los comerciales de bebé que daban en la TV, en las fotos de mis amigas con hijos, en como miro yo la dinámica que él tiene con sus 3 hijos, etc. Me dijo que él me observaba y veía cuanto anhelaba eso y él no estaba dispuesto hacer el obstáculo a mis sueños. Sin terminar la conversación me dormí pero al otro día desperté con una angustia inmensa, presentía lo que se venía... Está vez terminó él y yo no tenía nada que rebatirle a sus argumentos porque tenían razón... Sollocé mientras me daba su discurso de despedida que terminó con su frase final de que "siempre podrás contar conmigo"... Lloré todo el camino a mi casa, que no es mucho, pues somos casi vecinos. Me dejó afuera de ella y me dio un abrazo diciéndome que siempre estaría para mi para lo que lo necesitara... Entré destruida a mi casa, lloré toda la mañana, tratando, además, de cranear como recomponía mi vida tras el quiebre...
Ya ha pasado una semana de ello y aunque sobreviví este fin de semana sin él, he tenido el corazón apretado, como si doliera... las lágrimas se me caen solas a pesar que he tratado de mantenerme ocupada. Mi cabeza no para de darse vueltas por un lado pensando que quiero volver con él y por otro si podré ser madre, porque a lo mejor no puedo y estoy dejando ir al amor de mi vida... Hasta que decidí llamarlo, quise jugarme la última carta, lo único que quería era volver con él, pero sabía que la única forma de hacerlo era renunciando a mi anhelo de ser madre. Nos juntamos el viernes, pero todo fue un fracaso pues no me creyó... Le dije que él era parte de mi felicidad que quería volver con él al costo que fuera. Pero como les dije no me creyó nada. Dijo que era muy pronto como para que yo tomara una decisión, que me faltaba tiempo para pensar si realmente lo que quería era estar con él sin tener hijos pues él no estaba dispuesto a fracasar otra vez si a mi se me ocurría nuevamente terminar por querer tenerlos. Me dijo que yo tenía 15 años menos, quince años más que él para desperdiciar pues a él ya no le quedaban años para ello, ya no tenía tiempo para perder... Y entendí que no podía volver con él para que en un par de años más, con el dinero en mis manos, hacerme una fertilización y dejarlo, una vez más... Hoy quedamos en que nos estamos dando un tiempo para que yo piense mi decisión, no sé cuanto tiempo durará. Solo sé que llegué destruida, llorando como una Magdalena, una vez más, a mi casa... Y sentí unas ganas irracionales de tomarme un frasco de pastillas para dejar de sentir (partí tomándome 2 pastillas pero me frené), me sentía muy mal, reconozco que me asusté porque ello no me ocurría desde hacía mucho tiempo...
Veo que esta entrada es una pagina de tu diario, pero no de tu diario bipolar si no de tu diario personal, como dices y como expresas lo que sientes veo que estas bien de tu tb, pero estas pasando las duras y las maduras en tu vida personal, estás en lo que llamamos por aqui en una tusa tremenda, es una sensación horrible, solo se quiere llorar y tratar de volver el tiempo atrás, pero en muchas ocasiones no hay reversa y piensa que en tu caso puede ser asi, no compliques las cosas mas allá de lo que te pasa, usando medicamentos para tratar la tusa, esta no se trata con estos, los medicamentos son para tratar la depresión o la manía y lo que tienes es una tristeza fuerte. Son situaciones que pasarán, pero que en el momento no vemos cual es la salida, es similar a cuando se nos muere alguien querido, que no hay como resusitarla y lloramos mucho que es lo que se puede hacer, la solución definitiva es hacer el duelo y superarlo. Mas adelante es posible que conozcas a alguien con quien se pueda tener familia, pero en este momento tus ojos y tus sentimientos están cerrados con la relación reciente.
ResponderEliminarHola Oscar, me dio mucha alegría ver un comentario tuyo en esta entrada... Tus palabras me llegan hondo y, es verdad, esto que escribí es parte de mi diario personal, de echo en varias oportunidades he querido sacar esta entrada pero me he frenado porque esta relación que terminó fue parte de mi diario bipolar ya que me mantuvo estable por casi 2 años (tanto así que me mantuvo alejada de escribir en este blog) y la eutimia dentro de esta enfermedad es a lo que esperamos llegar cuando queremos manejar nuestros síntomas. La tristeza por la que estoy pasando es un hecho producto de mi biografía actual y no de mi bipolaridad y desde ahí tengo que superarlo, como dices tu, viviendo el duelo, ninguna pastilla mágica me hará dejar de sentir lo que estoy sintiendo...
EliminarSabes? Quizás termine sacando esta entrada porque como bien dices esto es un pasaje de mi diario personal y no del bipolar que es de lo que se trata este blog.
Te mando un gran abrazo y gracias por tus palabras nuevamente...
Con o sin bipolaridad, cariño, seguirás siendo Bip Bip esa linda amiga que llevo prendida en el alma.No me olvido de ti ni por un instante. Confía en Dios.
ResponderEliminarHola Cefe!!! Yo tampoco me olvido de ti, participaste de mi vida en un momento importante de ella... Gracias por seguir leyéndome.... Lee mi última entrada ahí cuento que mi enfermedad está dormida.
EliminarUn abrazo!!