IMPORTANTE

El primer capítulo es "El Diagnóstico", léanlo en orden (junio 2011 en adelante), será más fluido y entretenido para Uds. Que lo disfruten!!
Espero sus comentarios en cada entrada a este blog y trataré siempre de contestarles, apenas los lea lo haré, así que estén atentos... Cualquier consulta o lo que quieran decirme también pueden enviarme un mail a: doblepolaridad@gmail.com, síganme en Twitter: @DoblePolaridad, envía una solicitud de amistad a "Doble Polaridad" en Facebook (http://facebook.com/doblepolaridad), pongan "me gusta" a mi página en facebook: DoblePolaridad o síganme en Instagram @doblepolaridad.

miércoles, 22 de febrero de 2012

Capítulo 21. Mi reencuentro con Sucupira...

Bueno, bueno, aquí estoy, ya han pasado un par de semanas desde que fui a Sucupira y ahora solo me queda hacerles el recuento de lo que fue ese episodio, será casi como una bitácora de barco este relato...

El día del viaje anduve muy ansiosa, fue un día viernes. De hecho ese día casi no viajamos. Cuando quedaban pocas horas para emprender el viaje me llama mi padre para decirme que una de mis sobrinas (con quienes viajaríamos ese día) se había enfermado. El viaje casi se frustra por motivos ajenos a mi voluntad lo que para mi significaba una señal divina de que ir a Sucupira no estaba siendo una opción válida. Sentía dentro de mi que si ese día no viajaba no debía hacerlo nunca, al menos no dentro de este verano. Como todo pasa por algo, me dije, se me estaba enviando la señal que las cosas no se estaban dando a mi favor para que yo fuera de vuelta a ese odiado y amado pueblo. Por un lado, debo decirles, me sentí aliviada. La ansiedad bajó y todo volvió a la normalidad. Sabía que no tenía que forzar nada, si las cosas no se estaban dando definitivamente era por algo... Frase muy cliché pero también bastante verdadera.

Finalmente, no pasó nada. Todo siguió igual. La Ignacia no estaba tan enferma como creíamos así que todo continuó tal y como estaba planeado. Por lo tanto, ese alivio momentáneo, señoras y señores, se fue a las pailas. Ya no había ninguna señal negativa. Los planes seguían tal y como se habían pensado y así volvieron los nervios, la angustia y la ansiedad que me había acompañado desde que había decidido ir.

Tipo 4 de la tarde mi padre pasó por la oficina a buscarme junto con la Ignacia (15 años) y la Ma. Jesús (11 años), mis sobrinas. Cómo sabía que viajaría con ellas, había preparado el mejor CD para que nos acompañara en el camino... Nos fuimos todo el viaje escuchando el súper CD "Radio Disney" que había grabado con todo mi cariño para hacerles el viaje más grato a mis lindas "sobris". Le dimos ocho mil vueltas al CD. Cantamos todo el camino Rihanna, Adele, Jessie J., Shakira, Bruno Mars, Collbie Caillat, y muchos más. Dejamos a mi papá "guatón" con nuestra música, pero como iba con sus princesitas, no tuvo otra que acatar y aprenderse las canciones, jajajajaja... La pobre Ignacia igual se vino quejando de su dolor de estómago casi todo el camino, de hecho casi no habló durante el viaje, signo revelador de que de verdad se sentía mal ya que es muuuuuuy difícil hacerla callar, jajajajaja.

Llegamos a la gran Sucupira tipo 9:30 de la noche. Habíamos hecho un par de paradas durante el camino lo que demoró un poco más de lo presupuestado nuestra llegada. Durante el camino ya venía haciendo mis conexiones para ver que había organizado para mi llegada al pueblo. Allá me estaba esperando la Marcela, señora de mi primo Andrés, que estaban de paso también pues venían desde Puerto Monck a pasar unos días a Sucupira (de hecho fue la Marcela la que me convenció de viajar así aprovechaba de compartir con ellos). La Marce me pasó a buscar tipo 10:30pm a la cabaña de mis papás y nos fuimos derechito al Restobar "La Playa", que se encuentra frente al mar, y que le pertenece a mi tía Marie y mis primos Lucas y Martín (y que es administrado por este último). Ahí estaban disfrutando de un asadito junto con otros primos. Me puse al día sobre la vida con ellos y la cosa terminó tipo 1.30am. A esa hora, con la Marce no teníamos ni una gana de irnos a acostar por lo que decidimos quedarnos copuchando. Primero nos íbamos a ir a su cabaña pero optamos por quedarnos un rato más en el Restobar "La Playa". Compramos unos cigarritos y allá fuimos a dar por un par de horitas más. Me encontré con mi queridísima prima Amanda (señora de Akrim, ya les hablé de ellos en un capítulo anterior: "El tour del carrete, farra, parranda y/u/o bacilón un día de semana cualquiera...") y mi prima Bernardita. Luego apareció mi amiga Cata, a quien no veía desde que me había desaparecido de Sucupira. Fue super lindo reencontrarme con ella ya que mientras estuve en ese pueblo ella y yo estrechamos grandes lazos de amistad. Al final nos fuimos a acostar como a las 3:30am. Lo pasamos muy bien y yo me sentí en casa de nuevo.

Al día siguiente la idea era ir a la playa, había que llegar con un bronceado fascinante a la capital. El problema es que ese sábado el tiempo no nos acompañó, amaneció nublado ¡¡cueck!! Por lo que al levantarnos lo que hicimos con las niñitas fue ir a recorrer el pueblo para que saludaran a todas las tías (tías mías y tías abuelas de ellas). Primero partimos por el "Supermercado Al-Khabib" del cual es propietaria mi madre junto a sus hermanas. Este negocio perteneció a mi abuelo y creo que se mantiene abierto en honor a él. Fácil, este lugar tiene unos 60 años de vida, así que como verán hay tradición de por medio que lo hace seguir en pie. Saludamos, les hice un tour a mis sobrinas para que vieran como había quedado la casa familiar por dentro luego del terremoto de febrero del 2010 (lo que quedó de casa y que está pegada al negocio), de ahí nos fuimos. Seguimos nuestro recorrido hacia el Restobar "La Rotonada" del cual es dueña mi tía Marie y mis primos Lucas y Martín, solo que este lo administran mi tía y Lucas. Allá llegamos a saludar. Fue tan lindo verla. Aunque pasó gran parte del invierno con nosotros en la capital fue hermoso reencontrarme con ella ya que como se los he repetido mil veces a ella la quiero mucho y le debo hasta mi vida. De ahí las llevé donde mi primo Martín para que vieran el Restobar "La Playa". Las niñas lo saludaron y acordaron juntarse después de almuerzo con la hija de Martín, la Maite. Hasta ahí todo fue resultando de maravillas en mi reencuentro con este lugar. Todo lo sentí armonioso y solo me había topado con las personas indicada. Nadie indeseado, solo gente que me daba gusto ver. Luego nos fuimos a almorzar. Debo decir que ese fin de semana fui la mejor tía Disney que alguien pudiera tener. Fuimos donde ellas quisieron ir y como lo paso tan bien con ellas y ellas conmigo que nunca llegó a ser un sacrificio salir juntas.

Bueno, esa tarde las llevé a que se juntaran con la Maite en el Restobar "La Playa". Estando allá llamé a la Marcela para que llevara a sus hijos también al lugar y nosotras aprovecháramos de copuchar mientras ellos se divertían. Ahí estuvimos un par de horas y al rato después nos cambiamos de locación. Nos fuimos al otro Restobar, a "La Rotonda". Todos los niños se reunieron ahí con sus padres. Incluso llegó otra sobrina más, la Francisca, que se unió al clan de mis sobrinas. Una vez aquí, compartiendo con el familión, hizo su entrada magistral mi ultra gran partner... Benjamín... Con él, el verano del 2010 pasamos a integrar junto con mi amiga Dominga (quien pasó sus vacaciones en Sucupira ese año) el "grupo de los Dispersos". Ya se imaginarán, solo con el nombre, como era ese trío, éramos del ¡¡terror!! jajajaj... Ese verano lo pasamos a toda raja... Andábamos para todas partes juntos. Armando carretes, desorden, junteos, siguiendo noches de largo puro pelando el cable, en fin... Ahí nació una amistad muy entretenida entre nosotros que perdura hasta el día de hoy. Bueno, la cosa es que llegó este personaje y no nos separamos más, como en los viejos tiempos. Además que él es tío de la Maite así que aprovechamos de sacar a pasear a todas las sobrinas juntos. Se llevó tan bien con las mías que ellas lo amaron, tanto así que empezaron una campaña para que Benjamín y yo pololearamos (tuviéramos una relación sentimental). Querían que él pasase a ser parte de la familia, de hecho tenían todo un plan para que casi nos termináramos casando, jajajajaja... pero yo les respondí que eso sería imposible pues en la situación en que estábamos, entre los dos no hacíamos uno. Nos moriríamos de hambre pues el estaba sin pega y yo con lo que ganaba no me alcanzaba ni para mi. Ahí saltó la Ignacia, con sus aires de diva y de grandeza, respondiéndome que como ella iba a ser famosa ella nos mantendría así que no había posibilidad de que nos negáramos a estar juntos. Ella en su cabecita ya había ideado toda una solución. Bueno, por detrás estaba la Jechu asuzando todo lo que decía su hermana, estaba absolutamente de acuerdo haciéndole barra a esta proposición. La verdad es que son muy chistosas mis sobris, por eso las adoro. Pero les cuento la firme... Con el Benja tuvimos onda el año 2010, fue algo muy pasajero y yo no lo continué porque me di cuenta que mis intereses seguían en otro lado. Él no lo sabía, pero yo estaba en líos de pantalones con Tomás de quien les conté hace unas entradas atrás (Capítulo 16. "Por qué los hombres aman a las Cabronas" escrito por Sherry Argov y puesto en práctica por DoblePolaridad...). Cuando se enteró meses después de esta situación, le herí profundamente su orgullo, casi me quiso matar, jajajaja.... Se sintió terriblemente engañado por mi pues creyó que yo había jugado a 2 bandos pero eso no había sido así pues cuando tuvimos onda yo estaba terminada con el personaje, bueno, estaba en algo así como en un receso. Claro que a él, hasta el día de hoy nadie le saca de su cabeza que fui una traidora y la peor de las mujeres por haberlo engañado, jajajajaja... pero en el fondo igual nos seguimos queriendo mucho como amigos hasta el día de hoy. Si,es verdad, le maté un poco el orgullo porque él no cachaba nada de esa otra relación que tenía con Tomás (persona que él conocía y nunca se imaginó que podía tener algo conmigo). Simplemente se sintió haciendo el loco pero eso ya fue un traspiés solucionado, ya no hay rencores si es que los hubo. Nunca dejamos de hablarnos por eso, solo terminamos riéndonos de toda la situación (aunque yo sé que en el fondo de su ser todavía tiene su yayita escondida, jajajajaj). En todo caso,  bruja que es la Ignacia, me preguntó si de verdad nunca había pasado nada entre nosotros. No sé ni como se lo imaginó porque nosotros nos tratamos muy partners, dermasiado como amigos. Yo obviamente se lo negué. El problema va a ser cuando lea esta entrada y se enteré que su adorada tía  le echó una mentirilla blanca para que no la siguiera molestando, ja!

Bueno, la verdad es que lo pasamos muy bien con ellas y el Benja incluido. Nos enganchó en todo y a todas partes y eso se agreadece. Él también tiene harta paciencia con los niños y adora a su sobrina, por eso se acopló tan bien con nosotras. Por eso tampoco culpo a mis sobris de que nos hayan querido emparejar, la verdad es que lo pasamos muy bien de tíos Disney (si hasta sesión de fotos les hizo, no ven que es fotógrafo...). Terminamos andando a caballo con las niñas en la playa. El Benja y yo hicimos la dupla perfecta como tíos.

Continuando con el hilo de esta bitácora, esa noche, después del reencuentro con el Benja en el Restobar "La Rotonda", en la noche, llevamos a las niñas a la plaza donde se deleitaron recorriendo la feria artesanal, comprándose las primeras tonteras que se les ocurrió en los puestos artesanales (bueno yo también caí en la tentación y me compré un vestido, jajajaja). Jugamos taca taca y esas cosas que se hacen en las plazas de los pueblos pequeños en verano. El Benja se encontró con unos amigos con quienes más tarde también compartimos. Llegó la hora de partir y el Benja y sus amigos se fueron caminando rumbo al Restobar "La Rotonda". Yo partí detrasito, en auto, con mi séquito de sobrinas, claro que previa parada en la casa de la Maite que estaba muerta de sueño y quería irse a su cama directo a dormir. Al resto me las llevé al restobar, nunca tan mala onda la tía Disney de llevarlas de vuelta a la casa tan temprano.

Llegamos allá y había un ambiente muy choro con mis primos, Fâdel, Mukhtar, Andrés y Lucas, todos hijos de la Tiá Marie que también compartía con nosotros, las respectivas señoras de algunos y mi primo político que es parte de la familia hace como 30 años, Armando (casado con mi prima Angélica). En otra mesa estaba instalado el Benja con sus amigos, así que durante la noche tuve que repartirme entre ambos lugares. Yo, que quieren que les diga, estaba en toda mi salsa, tomándome mis buenos whiskachos auspiciados por la casa y mis primos, con buena compañía y muy grato ambiente. 

En la mesa de mis primos, la Marce y Andrés comunicaron que se casarían y cuando lo harían. Por fin después de muchos años juntos y 3 hijos a cuestas se pusieron de acuerdo para pisar el palito. La fecha elegida fue abril, así que todos los presentes tuvimos que agendar el evento. Por otro lado, conversando sobre la forma de reunir a la familia se me encomendó la misión de organizar una "primotón" para juntar a  todos los primos y sus respectivas familias. Con calendario en mano, decidimos que ésta la haríamos en octubre en el mismísimo Sucupira. Serìa todo un evento y yo me encargaría de que fuere el gran evento gran del año. Lo tendré que organizar a toda raja y como mi poder de convocatoria es alto fui la elegida para hacerlo. Como verán,  en esa sobremesa sacamos varios eventos importantes en limpio. Yo prometí poner todo de mi parte para que todo saliera de maravillas.

Bueno, como ya les comenté, esa noche me repartí entre la mesa de mis primos y la del Benja, que cada cierto rato me reprochaba que no compartía con él, decía que lo tenía botado. La verdad es que lo pasé muy bien esa noche. Excepto por un par de personas que no me hubiese gustado encontrarme, eran de aquellos que me provocan esa sensación de angustia luego de me partida de Sucupira. Pero había que ser digna porque lamentablemente son parientes míos, uno de ellos el Trolo, el médico del pueblo y que en el incidente de mi intento de borrarme con Ravotril no hizo nada y pudo haber hecho que esto no lo contara, pues como me dijeron mis médicos después esa dosis me podría haber matado. De ahí que le tengo fobia pues entendí de que a pesar de ser mi familia a él le importó un pepino si yo moría o no. Aparte de ese impasse, insisto, lo pasé muy bien esa noche. Con el Benja nos quedamos hasta el final echando la talla, hasta que las velas no ardieron. A las 6 de la mañana emprendímos la retirada a nuestros hogares, Había sido una interesante noche de juerga a puro whiscacho, en este mi querido pueblo de Sucupira. No vayan a creer que mis sobrinas se quedaron hasta esas horas de la madrugada carreteando conmigo. Nunca tan irresponsable la tía. Tipo 12:30am mi papá ya me llamó para darme la orden de que las fuera a dejar a la casa. Las llevé con su prima Francisca y allí carretearon comiendo pizza que la tia Marie les mandó a ellas y su nieta Francisca. Nunca tan descriteriada. Yo conozco sus límites y ni por si acaso las habría dejado quedarse conmigo hasta tan tarde, ahí me sale el instinto maternal absoluto.

Al día siguiente el día amaneció maravilloso, lista para tomar sol. Supuestamente ese día me devolvía a la capital con la Marce, Andrés y su prole. Pero ellos salieron muy temprano, no había posibilidad de aprovechar el día. Así que decidí sacar pasaje en bus y viajar a las 6 de la mañana del día lunes para llegar directo a trabajar mi medio día de pega. Al final por unos entuertos que hizo mi papá con mi hermano Máximo terminé cambiando los planes para viajar el día martes en la madrugada, debiéndole a él un día de trabajo que con posterioridad (esta semana) le devolvería. 

Esa tarde fuimos a la playa. Fuimos con la Ignacia, la Jechu, la Maite, la Francisca y obviamente el Benja. Nos instalamos en la playa. Compramos cabritas, maní y dulces al señor vendedor ambulante clasicón playero. El Benja estuvo un rato acompañándonos ahí, llevó a la Maite a mojarse las patitas al mar y se echó un rato con nosotras. Mientras, las más grandes hacían planes par ir a andar a caballo nuevamente. Yo simplemente me eché a dormir una siesta, en el intertanto ellas se fueron a cabalgar finalmente. La Maite me acompañó en mi siesta y el Benja nos abandonó un rato y se fue a dar una vuelta por el restobar "La Playa". Cuando desperté y llegaron las niñas de su vuelta a caballo nos fuimos a incorporar al mini carrete que ya se había armado en el restobar junto a mis primos y unos amigos. Mis sobrinas y sus secuaces armaron su carrete aparte. Estuvo muy entretenida esa tarde, compartiendo un ponchecito de papaya y un rico ceviche frente al mar. Nos quedamos ahí hasta que llegó la hora de ir a abigarse porque allá las tardes y las noches son bastante heladas. Me llevé a todo el séquito de sobrinas a mi casa (la cabaña de mis papás). Ahí cada una se ducho, abrigó y arregló para volver a salir. Nos demoramos su resto pero cuando volvimos todavía había un ambiente grato en el restobar. Estaban hasta mis papás ahí y me encontré nuevamente con mi gran amiga la Cata. Ella estaba con una amiga compartiendo un ponche de durazno. Bueno, comprenderán que no me quedó otra que acompañarlas con su trago, ja!. Nos quedamos ahí echando la talla con el Benja, mi primo Martín, la Cata y otro amigo. Mis papás se terminaron llevando a las niñas de paseo a la plaza y luego a comer pizza al otro restobar, a "La Rotonda". Nosotros hicimos fueguito en la parrilla y nos comimos unos ricos pescados, pollitos y longanizas a las brasas, como en los viejos tiempos. Conversamos largamente y nos reímos mucho. Hasta que la Cata tuvo que emprender la retirada pues al otro día le tocaba trabajar. La fui a dejar a su casa en auto y volví a compartir con Martín y el Benja. Intentamos quedarnos ahí hasta tipo 2.30am, era día domingo por lo que la farra no era necesario que durara hasta altas horas de la madrugada. Decidimos irnos con el Benja pero nos dio pena dejar que Martín se volvería en bicicleta solo hasta su casa. Ya estaba cansado y lo único que él quería era cerrar el local para irse a descansar. Estaba en eso cuando un trío de huasos (autóctonos de la zona) se estaciona y se baja de una camioneta. Ellos eran de ese tipo de  personas, bien de pueblo, que en lugares como el restobar se sienten en corral ajeno pero que con sus tragos encima entran a cualquier parte con tal de seguir la fiesta. De primera se sintieron ofendidos de que mi primo les dijera que ya estaba cerrando el local. Pensaron que él lo estaba cerrando porque ellos venían llegando. Para no irse en mala los dejó entrar un rato y nosotros con el Benja fuimos a su rescate. Craso error. Por hacer causa común con Martín y no hacer sentir a mal a la clientela que había entrado nos tuvimos que mamar 2 horas más de conversación con estos personajes. Todo para que se sintieran a gusto en un lugar. Finalmente llegué a las 4:30am a mi casa, me quería matar porque al otro día me tenía que levantar temprano pues había invitado a la Cata y su amiga a almorzar a mi casa. No logré despertarme y solo atiné un poco antes de la 1, hora en que ellas llegarían, a mandarles un mensaje que iba a ser imposible comer juntas por mi situación, no podía despegar mis ojos, jajajajaja... 

Ese día lunes fue del terror, me sentí pésimo pero no de caña, sino de ánimo. No quería nada con la gente, que me hablaran menos. De echo ese día no hubo tía Disney, mi papá fue quien se encargó de llevar a mis sobrinas (nietas de él) a la playa y salir con ellas. Yo no quería más guerra, solo quería volver a mi casa... Obviamente todo eso fue producto del trasnoche, trago y juerga que había tenido los últimos 3 días seguidos. Esos desordenes me hacen pésimo sobretodo cuando ya la hipomanía está en retirada... Ese día no valía un peso... 

 La verdad es que no tengo nada que decir. Lo pasé muy bien, me olvidé por un rato lo que había significado ese lugar para mi y solo recordé cosas lindas. Hice lo mismo de siempre, me adapté a lo que siempre hacía en el lugar. Carretié viernes, sábado y domingo (el lunes solo salí a despedirme pues me volvía en bus al día siguiente a las 6 de la mañana para llegar directo a trabajar) como siempre lo hacía cuando estaba allá. Además tuve la fortuna de coincidir con el Benja pues siempre lo pasamos muy bien, hacemos muy buena dupla y debo decir que él junto con mis sobrinas hicieron de mi fin de semana en Sucupira el ideal. Logré matar algo el cuco, al menos con el lugar lo maté completamente. Quizás me faltó matarlo con determinadas personas que tuve la dicha de no ver... pero no es necesario vivir todas las experiencias extremas de una sola vez, jajajajaja...

Solo les puedo decir que en un comienzo no me quería venir, quería volver a quedarme ahí eternamente como lo hice alguna vez. Había vuelto a sentir esa familiaridad que ese lugar siempre me había brindado. Estuve bien blindada, solo vi a gente que yo quería ver (solo un par de indeseables que no puedes evitar ver) y la familia. Pero igual me descompensé... Como les conté ya al día lunes no quería más guerra... me quería puro volver... Y ya al día martes estaba ultradescompensada y comencé a vivir una semana del terror que terminó con esa entrada que escribí donde "sencillamente no me sentía nada de bien"... Fue espantoso pero ya hoy me siento bien nuevamente, más equilibrada y centrada. Ya no me encuentro tendiendo hacia ningún polo, estoy tranquila. Ahora veamos si seré capaz de volver a ir y no regresar descompensada como lo hice esta vez y volver más encantada con el lugar de lo que regresé ahora... Veamos que pasa.

miércoles, 15 de febrero de 2012

Siempre es un estado momentáneo...

En la última entrada, la que subí anoche: "Simplemente no me siento nada de bien...", describí un estado del terror, espantosamente negro y polarizado... La escribí para darme cuenta con posterioridad que son estados momentáneos, que no son eternos, que pasan... Hoy me siento mucho mejor, abrí los ojos y me levanté como todos los días para ir a trabajar y sin asco como creí ayer que lo haría (de hecho anoche pensé seriamente en no venir al laburo, me daba lo mismo faltar, tan mal me sentía que no me creí capaz de levantarme).

Si se fijan, lo que escribí ayer era para asustar a cualquiera, menos mal que no le fui a decir a mi padre todo lo mal que me sentía porque no habría sido capaz de dejarme sola nuevamente. No habría viajado y lo habría dejado muy preocupado. Hoy miro hacia atrás y hasta me cuesta empatizar con esa otra yo que no quería nada con la vida... Es tan difícil vivir con esto, sobretodo cuando te cuesta recordar, cuando te encuentras en alguno de estos estados anímicos alterados, que ellos no son eternos, que son por un rato y pasarán... Son mis fantasmas con los que tengo que aprender a convivir que tengo que dejar a un lado, ignorarlos, como en la película "Una mente brillante"... Esto es lo que siempre me dice un amigo virtual que tengo y es verdad... El problema es que sientes tan vividamente las emociones del momento que te cuesta mucho darte cuenta que no te sentirás así toda la vida, que en cualquier momento te cambiarás de carril y volverás a un estado más o menos normal que te hará ver los matices y no los extremos... Es increíble lo que hace la lucidez, lo que es ver las cosas con claridad y no nublado, teñido de toda esa negrura que un odioso estado de ánimo te hace ver...

Hoy la vida es mucho más linda y esto es lo que tengo que recordar cuando me nubla una emoción como la de anoche. Y ¿qué es lo que tengo que recordar? Que siempre sale el sol... que los estados son momentáneos y no eternos como creo cuando los estoy viviendo... Que la vida es un millón de veces más linda de lo que la ves y cualquier disparate que cometa cuando esté así siempre me arrepentiré... Por eso debo mantenerme quieta, sin hacer locuras pues lo más seguro es que eso no es lo que querría en un estado normal y si actúo podría llegar a ser demasiado tarde para arrepentirse después... Es difícil no dejarte llevar por lo que estás sintiendo, lo vives tan real que es complicado discernir que un rato después no lo será...

Bueno, eso es lo que traté de hacer escribiendo la entrada de anoche, darme cuenta que lo que siento en forma tan desmedida no es real y solo puede llegar a ser una ilusión... No puedo olvidar esto... Se trata de aprender a convivir con mis fantasmas... Y ¿¿quienes son mis fantasmas?? Mis estados de ánimo alterados...

martes, 14 de febrero de 2012

Sencillamente no me siento nada de bien...

Llevo algo más de una semana sintiéndome como lo estoy haciendo... Me levanto en las mañanas solo porque hay que hacerlo, porque tengo un compromiso diario que cumplir y que es ir a trabajar para mi hermano Máximo... tengo que demostrarle que estoy bien... No tengo ganas de hacer nada... nada me motiva ni siquiera escribir en este blog. Hoy lo hago porque quiero plasmar esto que siento aquí. Pero la verdad, siento que la vida está pasando frente a mis ojos, tengo 34 años y ha sido todo un desperdicio... a mi edad no he logrado nada y tampoco veo que vaya a hacerlo... No me gusta mi trabajo y tampoco se me ocurre que haría en vez de hacer lo que hago. Siento que sentarme a estudiar se me va a hacer cuesta arriba porque así como me siento, mi cabeza no va a dar a basto y buscará formas de evadir lo que tiene que hacer. No quiero mi título, ¿para qué? No quiero ir a trabajar ¿Para qué? No me quiero levantar ¿para qué? No quiero abrir mis ojos ¿para qué? No quiero sentir ¿para qué?... Para qué todas estas cosas si lo único que quiero es borrarme de la faz de esta tierra. Hace mucho que no se me hacía tan constante este sentimiento. Hace muchos meses que no sentía esto de la forma en que he tenido que tragármelas toda esta semana...

¿Les cuento algo? La verdad es que no quiero vivir... No le encuentro sentido a la vida, a levantarme diariamente, a abrir los ojos... No vibro con nada, hago lo que hago por inercia... Esa agenda social que abrí y viví mientras estaba hipo no existe, la sepulté y no me interesa reabrirla, no tengo ganas. Mis vacaciones que planeé para marzo, con tantas ganas a Puerto Monck, ya no las quiero, no me interesan... Además siento que no soy buena compañía para nadie No puedo llegar allá y hundirme en la cama por una semana. No serían muy buenas vacaciones, sobretodo para los dueños de casa que no lograrían entender que el problema no son ellos sino yo misma. Además se me vienen 2 semanas y media de jornada completa, tediosa en la pega. Ya mi trabajo es aburrido, imagínense ¿¿como será doblar la cantidad de tiempo ahí?? Saben que es lo peor sentir lo que siento sin motivación alguna... No sufro por amor ni menos por desamor, no lloro porque me hicieron daño ni porque estoy sola, no siento pena porque perdí algo o a alguien, no siento angustia por el motivo que cualquiera pudiera sentirla... Solo siento y siento como lo estoy haciendo sin saber por qué...

No quiero estar,  la angustia me está carcomiendo y lo peor es que nadie podría lograr llegar a entender esto... Esto no es como un dolor de estómago, tangible, que si se lo cuentas a alguien lo más seguro es que te receten "gotitas" para el dolor. Si yo le digo a alguien esto que siento a lo más te dicen "arriba el ánimo" y no es mucho lo que logran empatizar pues esas "gotitas" para el dolor no existen. Al final uno opta por callar y el dolor en el pecho, la angustia se hace más intensa, cada vez más constante y opresora... No quiero vivir ¿¿es tan difícil de entender???

jueves, 2 de febrero de 2012

A matar el cuco se ha dicho... a Sucupira los pasajes!!

Este fin de semana viajaré a Sucupira... No saben el susto que tengo... ¿¿Susto de qué?? De ir a enfrentar mis miedos, todos esos que me han atormentado por casi un año. Mi mayor estado de manía lo viví ahí (ni si quiera hipomanía, que es más leve) junto con mis mayores depresiones... Mis grandes deseos de ser Dios y de querer morir también los viví ahí y ahora iré a enfrentarme a los peores "cucos" que revolotean mi cabeza y se relacionan con este singular lugar... Si bien tengo muchas ganas de ir, por toda esa gente que dejé de ver y a quien quiero mucho, por otro lado, no quiero ir por temor a enfrentarme a todo eso que me hizo mal y me hizo llegar catastroficamente mal a la capital a principios del año pasado. Tengo sentimientos ultraencontrados con ir a este lugar y no quiero que este reencuentro sea un tormento para mi.

En varias oportunidades, en este blog les comenté que me producía fobia volver a esta nunca bien ponderada República Independiente de Sucupira... Que incluso la había llegado a odiar porque viví demasiado intensamente la vida ahí. Me da mucho miedo reencontrarme con tantas cosas que me llevaron a caer en el estado que estuve el año pasado completo... Tengo miedo de encontrarme con ese ex amor que dejé (bueno, que me dejó, jajajajaja)... Con aquél personaje, distinto a ese amor, que hizo que gran parte de las amistades me juzgaran... Con aquellos que tomaron partido sin escucharme a mi... Con aquellos que gozaron viéndome mal... Con mis amores hipomaníacos y amistades a quienes dañé... Con todos aquellos que fueron parte de mi vorágine y vida sin límites... Con aquellos lugares que si hablaran, ufffff, que miedo... A todos ellos, personas y lugares, no los quiero ver, me angustian y el solo saber que existe la posibilidad de encontrarmelos o verlos se viene esa sensación a mi. Se preguntarán por qué voy si este lugar me produce todas estas sensaciones negativas. La respuesta es simple... Yo nací y viví por 12 años fuera de Chile y la mayoría de mis vacaciones en ese período las pasé ahí... Hoy soy chilena, nacida en otro país razón por la que mi sentido de pertenencia a algún lugar nunca la he tenido muy desarrollada y siempre he creído que el único lugar que me lo daba era Sucupira pues me acogió desde que tenía 8 meses de vida... A lo mejor por eso escapé para allá cuando me separé... Entonces, como les dije, la razón de mi vuelta a este "tenebroso" lugar es porque tengo que matar esos miedos, no puedo dejar de ir al lugar que me ha visto crecer y vivir muchas etapas de mi vida. Es un lugar que está demasiado enraizado en mi, es EL lugar de reunión del familión completo (tías, primos, sobrinos, etc.), amo compartir con ellos y no puedo dejar que mis fantasmas maten ese lindo recuerdo y cariño que siempre le he tenido. Haré un esfuerzo. Aprovecharé mi estado hipomaníaco (en bajada) e iré a pasarlo bien. Es una prueba más que tengo que superar y no dejaré que me gane.

Ya mañana me voy y debo confesar que estoy nerviosa. Mi cabeza siente que va a estallar cuando recuerda que el fin de semana estará allá, tal como cuando me vienen esos odiosos sentimientos de angustia. Siento muchas ansias de llegar luego y terminar con todo esto. Nadie se imagina el esfuerzo que hago yendo. Lo encontrarán absurdo y exagerado de mi parte pero es que ese pueblo me hizo vivir de dulce y agraz... Viví un torbellino de emociones muy fuertes y desordenadas. Toqué el cielo y lo más profundo de un agujero en la tierra... Tengo miedo, mucho miedo pero dicen que los miedos hay que enfrentarlos y lo haré una vez más... No sé si después de volver lo odiaré más o lo volveré a amar como siempre lo he hecho... Solo espero que ocurra lo segundo... 

A la vuelta les contaré mi experiencia, qué ocurrió... Todos y cada uno de los pormenores de este viaje lo leerán en este blog en una próxima entrada...